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Cine y series #cobra kai

¿Cómo se relaciona “Cobra Kai” con la idea de masculinidades?

Tras el estreno de una nueva temporada de la serie de Netflix, dos instructores argentinos explican cómo vieron a los personajes y la importancia de deconstruir conceptos impuestos a nivel social y cultural.

¿Cómo se relaciona “Cobra Kai” con la idea de masculinidades?
"Cobra Kai"

Gabriel Losada tiene 32 años y es instructor en Dokan Dojo, situado en Microcentro. Comenzó su camino en el mundo del karate a los 10, luego de ver la película “Karate Kid” (1984) cuando era pequeño. “Ya era un clásico desde que tengo mis primeros recuerdos. Fue una de mis influencias para comenzar a practicar”, confiesa.

Hernán Weber es sensei en Club Oeste Caballito y Asociación Dojo Argentina, y comenzó su camino en el karate en 1985. Sus películas favoritas eran las de Chuck Norris y la saga de “Karate Kid”: “Por aquella época era fanático de las historias de artes marciales”, revela en diálogo con este medio. 

"Karate Kid"

Como ellos, la saga marcó a toda una generación. Protagonizada por Johnny Lawrence (William Zabka) y Daniel Larusso (Ralph Macchio), se convirtió en uno de esos clásicos de la cultura pop de los 80’ aún popular hasta la fecha.

La película se estrenó en la misma década que “Duro de matar” (1988) con John McClane (Bruce Willis), “Comando” con John Matrix (Arnold Schwarzenegger), “Rambo” (1982) con John Rambo (Sylvester Stallone), “Retroceder Nunca, Rendirse Jamás” (1986) con  Ivan Kraschinsky (Van Damme), “La Fuerza Delta” con Mayor Scott McCoy (Chuck Norris), historias que presentaron héroes de acción en auge que se volvieron un modelo a seguir para cientos de jóvenes. 

“Strike first, strike hard, no mercy” (Golpea primero, golpea fuerte y no muestres piedad). Ese era el lema del dojo liderado por John Kreese (Martin Kove), quien enseñaba a sus alumnos a ir por el camino del puño. Por otro lado, el Señor Miyagi (Pat Morita) describía al karate como herramienta de defensa, y transmitía ese valor en su técnica “Miyagi-Do”.

"En la película se podía ver cierto estereotipo y roles bien definidos. Los villanos eran bien malos, eran entrenados únicamente para lastimar a otros y competir en torneos, fomentando un ambiente machista y competitivo en el cual no habría lugar para los ‘débiles’. Su sensei, un hombre militar, alineado con estos ideales, no dejaba lugar a otra búsqueda”, analiza Losada.

La película devino en la serie “Cobra Kai”, que se estrenó en 2018 en Netflix y que continúa la historia luego del mítico enfrentamiento entre los protagonistas aquel 19 de diciembre en el Torneo de Karate All Valley Under 18. Este año estrenó su tercera temporada, y hasta la fecha se convirtió en lo más visto de Netflix en Argentina. Pero lejos están los personajes de volver a ser los mismos que antes: aunque las viejas cuentas del pasado los persiguen, los tiempos cambiaron, y ellos también.

Así se da cuenta Daniel, cuando lo acusan de apropiación cultural, o Jhonny, cuando tiene que cumplir el difícil desafío de prender la computadora y aprender a usar Facebook. Más allá de estas escenas, en cada capítulo la serie profundiza detrás de los personajes, dando a conocer detalles que no habíamos visto, con el fin de entender que no hay buenos o malos: son personas que se forman en un determinado contexto social y cultural, que aprenden ciertos valores sobre masculinidad que es necesario deconstruir, y que tienen mucho más en común de lo que creen.

*Alerta spoiler* Eso se da cuenta Jhonny con la llegada de su ex sensei a su dojo. Fue movilizante en todos los sentidos: no solo descubre qué tipo de karate quiere enseñar, sino también qué clase de persona quiere ser, qué valores quiere difundir para sus alumnes, por qué es necesario repensar la violencia y falta de humanidad a la que se había acostumbrado.

“Me pareció muy interesante el camino de redención que tiene el protagonista”, observa Losada y sigue: “Creció en un ambiente competitivo y agresivo y se da cuenta que las lecciones aprendidas y ese camino lo llevan a tomar malas decisiones. Principalmente, creo que lo que muestra es capacidad de aprender de sus errores y, ahora en un rol de docencia, entiende que las maneras y los modos que él aprendió no son beneficiosos para repetirlos con sus alumnos”. 

“En cierta forma es lo que sucede en la vida real; históricamente se le impuso al hombre que no tenía que llorar y que había que ser 'machos'", indica Weber y sigue: "Muchos chicos se acercan al karate con la idea de aprender a pelear y dar goles para vencer a los demás, y se encuentran con una disciplina donde uno no solo aprende a defenderse, también se le inculcan valores como el respeto y la humildad”.

Según analizó el Instituto para el Desarrollo de Masculinidades Anti Hegemónicas (DMAH) en redes sociales, el cambio que hace Johnny permite repensar las masculinidades tóxicas que fueron impuestas en la estructura social y cultural y cómo animarse a cambiarlas. Acá van las cinco enseñanzas que detallaron en redes sociales:

  1. Los errores de tu pasado son tu mejor Sensei. No dejes que los errores de tu pasado definan tu futuro. En la vida tod@s tenemos la oportunidad de ser villan@s o héroes. Cada quien decide en quién se quiere convertir.
  2. Lo que no aprendes te perseguirá hasta que por fin lo aprendas. Ser un hombre adulto no significa que dejamos de aprender ni que perdemos la oportunidad de resarcir nuestros errores y de crecer y transformarnos en mejores versiones de quienes somos.
  3. Conviértete en el ejemplo que no tuviste cuando eras niño. Muchas de las malas decisiones que Johnny tomó en su vida ocurrieron porque el ejemplo de masculinidad que tenía al crecer era el de una masculinidad tóxica.
  4. Si no reconoces tus errores, estás destinado a repetirlos. Johnny crece en un ambiente de violencia y, durante el tiempo que se rehúsa a reconocerlo, continúa repitiendo el mismo patrón y enseñándole a otros las cosas que aprendió.
  5. Ten un buen amigo más joven que tú. Las nuevas generaciones tienen cosas que enseñarnos también. Podemos decidir quedarnos atrapad@s en el pasado y seguir haciendo las cosas a “nuestra manera”, o podemos mantener la mente abierta a nuevas maneras de ver la vida.

La serie como punto de partida para repensarnos. “Respeto, humildad, perseverancia, cortesía y sobre todo, a tener autocontrol y eliminar el ego. En todo dojo de karate existen las mismas reglas, códigos éticos y valores”, comenta Weber a lo que Losada finaliza: “Creo que la práctica de Karate en sí no ha cambiado demasiado, pero sí lo hicieron las personas y los instructores que lo practican y enseñan”.

Y vos, ¿viste “Cobra Kai”? ¿qué te pareció?

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