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Análisis | Westworld se prepara para el final y no escatima en interrogantes y acción

A un solo episodio del final de temporada, a "Westworld" le quedan muchos interrogantes por responder, incluido el futuro de nuestros queridos robots. 

Análisis | Westworld se prepara para el final y no escatima en interrogantes y acción

ACLARACIÓN: esta reseña puede contener spoilers.

La tercera temporada de “Westworld” se acerca vertiginosamente a su desenlace, aunque todavía hay demasiados interrogantes por resolver cuando se trata de los planes de Dolores en cuanto al futuro de su especie y el de la humanidad. Este no es el final definitivo, ya que el thriller de ciencia ficción creado por Lisa Joy y Jonatahn Nolan ya se aseguró una cuarta entrega (y posiblemente, un par más) para seguir explorando el universo de estas inteligencias artificiales que cobraron consciencia y buscan la libertad, alejadas de sus amos.

“Passed Pawn”, dirigido por la veterana de la tele Helen Shaver (“Vikings”) y escrito por la debutante Gina Atwater, hace referencia (cuándo no) a una importante estrategia del ajedrez –“Peón pasado”-, donde el peón (la pieza más descartable) se convierte en la más valiosa de la partida y llega a la resolución del juego sin otras piezas que se le opongan por delante. Claro que esto implica una gran habilidad por parte del jugador y el sacrificio de otros elementos dentro del tablero.

Nananananana líder

Acá, la analogía es más que clara: Caleb es el peón en cuestión, el humano encargado de encabezar la revolución de su propia especie (¿o eliminarla?), una jugada maestra que implica cierto sacrificio por parte de Dolores y varias de sus copias, como ya atestiguamos por el camino. ¿Cómo llegamos hasta este punto? Ahora nos venimos a enterar que Inner Journeys, y por ende, William, están en San Francisco y el marcador sintético de su sangre (el que le colocó Charlotte antes de que se lo llevaran) no es un rastreador per se, sino un virus (en el sentido más tecnológico de la palabra) que ayuda a Abernathy a encontrar la ubicación de Salomon, la fallida anterior versión de Rehoboam, construida por Serac y su hermano Jean Mi.  

Hacia allí -Sonora, México- se dirigen los dos forajidos, al mejor estilo Dolores y Teddy. Los paralelismos con la segunda temporada son inevitables, sobre todo cuando la anfitriona intenta convencer a su acompañante de la importancia de esta revolución, cueste lo que cueste. El Lejano Oeste -sus escenarios y sus tropos- se vuelven a hacer presentes, incluso más allá del parque, y ese hogar que, a pesar de representar un infierno para los robots, encerraba cierta belleza… y oportunidades. “El Oeste era cruel, injusto y caótico, pero existía la posibilidad de trazar un rumbo propio”, asegura Dolores en vísperas de iniciar la ¿última? parte de su plan.

Caleb ya no distingue entre realidad y manipulación

Sonora no solo es el hogar de Salomon -caduca y restringida en sus funciones-, sino el centro más importante de “reeducación”, ese lugar donde los “atípicos” como Jean Mi, William y Caleb son sometidos para dejar de ser una amenaza para la sociedad (o sea, para los cuidados planes de Serac). Con la ayuda de Dolores y la IA, Nichols descubre que sus recuerdos podrían estar más revueltos y manipulados de lo que cree, al punto de que su paso por la guerra y los traumas que le siguieron, no sean tan así. Incluso sus “misiones” con Rico (la aplicación extracurricular que lo liga con Dolores) podrían ser más violentas y personales de lo que nos dejaron creer, jugando siempre a favor de Engerraund.      

“La verdad te hará libre”, y de esta manera Caleb se transforma en el jugador más valioso para la robot. Salomon, una inteligencia artificial con anomalías (o sea, estrategias donde sí caben los atípicos), es la encargada de darle un nuevo rumbo y ese propósito que lo podría convertir en líder. “Las IA están casi extintas, pero la gente todavía tiene una oportunidad”, le espeta Dolores, aunque todavía no nos queda claro si su postura es altruista o intenta convertir al ex soldado en su arma secreta para destruir a sus enemigos: la humanidad.

Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas

Esta es una de las tantas preguntas que debe contestar el final de temporada, pero no es la única. Las copias de Dolores empiezan a escasear. Tras el sacrificio de Connells y el desplante de Charlotte (¿habrá caído en las manos de Serac?), Abernathy solo cuenta con Sato (Musashi) en Yakarta y el misterioso host de Berlín. El ex samurái termina cayendo bajo la brutalidad de la reconstruida Clementine -uno de esos host que se alió con Millay, al igual que Hanaryo (Tao Okamoto-, dejando al bando de los “buenos” un tanto desparejo. Maeve sigue siendo la soldada principal de Serac, la que llega a Sonora para destruir, de una vez por todas (si puede), la amenaza.

PassedPawn” es uno de esos episodios donde la acción toma protagonismo, mucho más en el violento encontronazo final de estas dos poderosas anfitrionas que no se dan tregua y defienden sus misiones (aunque tenemos nuestras reservas cuando se trata de la ex madama de Mariposa). Al final, y bastante malherida, es Dolores quien decide activar el EMP (pulso electromagnético) capaz de apagar cada máquina del lugar, incluyéndola a ella, Maeve y Salomon. ¿Para siempre? Lo dudamos.

¿Qué papel le toca interpretar a William?

A pesar de su extrema ideología en cuanto a humanos y robots, no podemos dejar de pararnos del lado de Dolores, una víctima más concreta en esta guerra. Claro que ésta siempre fue la idea del show y sus creadores, una “excusa” para reflexionar sobre nuestra propia naturaleza destructiva. En este escenario caótico que no parece tener vuelta atrás después de la liberación de data de Rehoboam, la humanidad solo puede trazar un nuevo rumbo. ¿Será este el verdadero plan de Abernathy? Que la próxima generación sí pueda concebir un mundo donde seres orgánicos y artificiales puedan convivir. Nos vamos a guardar estos deseos hasta el final de la temporada, pero queda claro que los realizadores (y Dolores) todavía se guardan algún as bajo la manga.

William salió de su “terapia” entendiendo que debía ser el héroe de esta historia. En su cabeza, esto se traduce en “eliminar el pecado original”, o sea, el parque y todos sus anfitriones, trabajo que comenzó meticulosamente Serac. Suelto en el mundo real, y en su propio juego, el ex ejecutivo de Delos se autoimpone esta nueva misión, pero algo nos dice que Dolores ya midió las consecuencias. Todavía no sabemos por qué la chica envió a Bernard a Inner Journeys a desenmarañar los planes de Serac, pero esperamos que su destino no termine en manos del vengativo Hombre de Negro, aunque no podemos intuirlo mismo para Ashley Stubbs.

Las chicas están de regreso

Ya dejamos en claro que esta temporada de “Westworld” se alejó bastante de su planteamiento original para sumar más acción desenfrenada y misterios ciberpunks. Igual, se las arregla para mantener el dinamismo y la calidad de su producción, intercalando esas reflexiones que tanto nos gustan y siempre fueron el centro de atención. Si esto fue un experimento para atraer a un nuevo tipo de público, demasiado perdido entre las narraciones no lineales y los planteos filosóficos, se entiende, pero preferimos “el pecado original”, que necesita de nuestra total atención y compromiso con la trama y los personajes.   

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