El fugitivo Carlos Ghosn brindó una conferencia de prensa en la que negó las acusaciones de malversación financiera y explicó que se escapó de Japón por el trato injusto que estaba recibiendo.
Subido a un atril, delante de una pared blanca y de un proyector, rodeado de seguridad privada, se presenta el hombre que fue protagonista de una fuga de película al escaparse escondido adentro de una caja de un instrumento musical.
“He sido brutalmente arrestado, atado de pies y manos. Durante 130 días de detención tuve que luchar para demostrar mi inocencia. Me pusieron en confinamiento solitario las 24 horas del día. Aislamiento que no cumple con la ley. Estoy aquí para arrojar luz sobre los principios básicos de humanidad que han sido violados”, explicó el ex presidente de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi.
Ghosn asegura que es víctima de un sistema que pretendía demostrar su culpabilidad, sin darle la oportunidad de defenderse. “Los fiscales japoneses estaban aliados con los ejecutivos de Nissan para destruirme. Me aconsejaron que me declarara culpable o atacarían a mi familia. Todo ha sido una conspiración”, aseguró.
Con la premisa de lograr un “juicio justo” huyó de Japón hacia el Líbano, país donde se crio y del que tiene la nacionalidad, además de la brasileña y francesa.
Una de los testimonios más buscados eran los detalles sobre su fuga, pero Ghosn prefirió mantenerlos en privado para no manchar a otras personas. Lo único que atinó a decir fue que no quería morir en Japón y que quería estar con su mujer, a la que solo había visto dos horas en nueve meses.
Ghosn está acusado de irregularidades financieras durante su gestión al frente de Nissan, permaneció detenido 130 días en total, hasta que quedó en libertad bajo fianza el 25 de abril pasado del año pasado.