Es llamativo cómo los argentinos intentamos, con cierta constancia y en casi todos los rubros, destacar por sobre los demás. No podemos ser menos en nada. Ni siquiera podemos conformarnos con elaborar buenos embutidos y hasta producir salames con denominación de origen. No: incluso en la industria de los chacinados necesitamos conseguir una distinción que nos haga brillar en el panorama mundial, ya sea por la calidad de nuestro producto... o por sus dimensiones.
El Consejo de Denominación de Origen Salame de Tandil, en las sierras bonaerenses, se propone desde 2014 elaborar el salame más largo del mundo. El primer candidato, hace cinco años, fue un embutido de 17 metros. Le siguió uno de 21 metros en 2015. Hasta ahí, salames muy extensos, pero no revolucionarios. En 2016, sin embargo, se logró obtener el reconocimiento al salame más largo de América, gracias a una pieza de 28 metros. La carrera siguió: en 2017 se llegó a los 41,9 metros y en 2018 la marca fue de 53,4 metros; por fin, el mejor de todos.
Claro que eso no fue suficiente y ahora los héroes tandilenses buscan replicar el monumento porteño por excelencia con un salame descomunal. La meta en 2019 es hacer un embutido de mayor tamaño que el Obelisco, que mide 68 metros. Ya se está trabajando para batir el récord y el resultado se va a mostrar este sábado 9 de febrero en el Anfiteatro Martín Fierro, en el marco de la XXXVI Edición del Festival de la Sierra.
Según sus responsables, el salame titánico se elabora siguiendo los estándares de la denominación de origen: con materias primas propias de la región, previamente alimentadas a base de pasturas (ganado vacuno) y maíz (ganado porcino), y respetando proporciones específicas de carne vacuna y de cerdo. Por último, se estaciona y se cura.
Intervienen en su realización empresas locales como Cabaña Las Dinas, Frigorífico Cagnoli, Estancias Integradas, Sysquet, UNIPORC Tandil, Charcutería Tandilera, Granja El Reencuentro, Granja 9 de Julio, Establecimiento El Cimarrón, Instituto Agrotecnológico de Tandil, Establecimiento San Lorenzo y María Lenoir.