La Cancillería argentina había escogido al organismo de Derechos Humanos Provea, que lucha contra el régimen autoritario de Nicolás Maduro en Venezuela, para recibir el premio Emilio Mignone.
Los venezolanos aceptaron y escogieron a Raúl Cubas, ex detenido por la última dictadura militar argentina, co-fundador del a organización, que además tiene nacionalidad de ambos países, para compartir con ellos la premiación.
A pesar de que no iba a poder estar en el momento de la entrega, Cubas envió un discurso que sería leído por el resto del equipo de Provea. El mensaje contenía varias críticas a la política de Derechos Humanos del gobierno, entre los que exigía la inmediata liberación de la dirigente social Milagro Sala.
"Propongo que ambos Estados asuman inmediatamente sus obligaciones internacionales ante las instancias internacionales de protección de los derechos humanos tanto de la OEA como la ONU, y liberen de forma inmediata los presos políticos, comenzando en Argentina con la dirigente social Milagro Sala", escribió Cubas.
Al ver el discurso que tenía preparado el argentino-venezolano, la Cancillería condicionó la entrega a la organización bolivariana a no leer las palabras escritas por Cubas, por el tono crítico que tenía contra las políticas llevadas adelante por Mauricio Macri y su gobierno.