Tras el lanzamiento de un nuevo misil por parte de Corea del Norte en la semana pasada sobre el mar de Japón, sumado a la prueba de un misil de alcance intercontinental que puso en alerta a Estados Unidos, Donald Trump se hartó de su rival.
Considerado un acto desleal y fuera de las normas propuestas por Naciones Unidas (ONU), el accionar militar de Kim Jong Un vuelve a acrecentar la tensión entre ambas naciones y los intentos de paz de Rusia y China (neutrales) "obligan" al país americano a no perder tiempo.
Ante esto, en las últimas horas se confirmó que el próximo miércoles 2 de agosto, en un horario entre las 12.01 y las 06.01 de California, Estados Unidos realizará la prueba de un misil intercontinental sobre el océano pacífico.
El lanzamiento que llamará la atención de Corea del Norte, y acerca la disputa a un enfrentamiento, se llevará a delante desde la base Vandenberg de su Fuerza Aérea, con el objetivo de "validar y verificar la efectividad, preparación y precisión", según los encargados de la prueba.
Esta medida se produce luego de una prueba realizada en el estado de Alaska, y pocos días después de que el ejército de Estados Unidos vuelva a desplegar dos bombarderos en la costa de Corea, adoptando una posición estratégica sobre la península.
Trump ya comunicó que no continuará esperando los procesos de negociación de China y llama a no perder más tiempo, aunque todavía reconocen desde el Ministerio de Defensa que no existe un motivo para "ir a la guerra".