"Como se ha informado al Vaticano, Estados Unidos se enorgullece de anunciar un aumento del presupuesto de más de 300 millones de dólares para luchar contra el hambre", recita un comunicado presentado por el estado americano.
Según se detalla en el mismo, la mayor parte de la ayuda financiera para combatir el mal que tiene en vilo a gran parte del mundo, principalmente al continente africano, estará destinado a las naciones de Yemen, Sudán, Somalia y Nigeria.
Parte de esta determinación, se debe a que en el último tiempo, el Programa Mundial de Alimentos determinó que en dichos países se encuentran cerca de 20 millones de personas afectadas con riesgo de vida en lo que los especialistas llaman "la peor crisis registrada en 50 años".
En reiteradas ocasiones, el Papa Francisco ha manifestado el apoyo de las grandes potencias mundial y en la cumbre de Naciones Unidas (ONU) en Ginebra se determinó un pozo mínimo de 1.400 millones de dólares para combatir este problema.
Otro de los grandes problemas que afecta la zona, principalmente en Sudán del Sur, es la reciente guerra civil que ocurrió en el país, obligando a su población a emigrar hacia naciones limítrofes en condición de refugiados. Actualmente son cerca de 2 millones.