Se llama Mateo Palacios Corazzina, aunque todxs lo conocemos como Trueno. Con solo 18 años, es uno de los raperos más populares de la movida y una de las grandes promesas nacionales. 

“A mí lo que me importa es que la música te llegue, que vos te sientas identificado, que escuches algo y lo sientas a flor de piel, te haga recordar momentos, te vengan imágenes, eso es lo más importante de la música para mí”, afirma el artista, en una nueva edición de Caja Negra con la conducción de Julio Leiva. 

Oriundo del barrio de La Boca, el rap lo lleva en la sangre: es hijo del rapero Peligro, ex-miembro del grupo Diferentes Actitudes Juveniles y actual representante del colectivo artístico Sur Capital Clika, que organiza festivales para ayudar a los chicos en situación de calle. 

“Cuando no tuviste nada y lo tenés, lo disfrutás el doble porque hay esfuerzo. Con mi viejo venimos rapeando, yo desde que nací, desde los 3 años ya conocía el rap y me vestía de rapero y batallaba contra mi viejo, era un hobby, un juego. Iba al colegio y mis compañeros no tenían ni idea y los acotaba en el recreo, los hacía raperos. Y fue así, divirtiéndome y dejando que las cosas pasen, es lo que me pasó en la vida, yo no busqué ser rapero, no busqué nada de lo que me pasó, solamente llegó un momento en que llegás a la adolescencia y te conocés con vos mismo y empezás a mirar para atrás”, cuenta.

“Mi primer recuerdo es en el teatro. Mi viejo y mi vieja se conocen ahí, y yo estoy ahí desde la panza, me ayudó un montón a abrirme al público, salir a actuar y tomármelo como un juego, no tener nervios de que me mire la gente. Para mí fue clave, después me subí a un escenario y era una pelotudez, lo mamé de ahí. Pero al mismo tiempo, mi viejo estaba en el conventillo conmigo, yo jugaba a los juguetes y él tirando las letras o ensayando con ‘Comuna 4’, y yo me las sabía de satélite, de mirar y escuchar, y me llevaba a los eventos que eran un domingo o día de semana que eran ATP y yo agarraba el micrófono y la rompía”, sigue. 

Según confiesa, en ese momento fue influenciado por la popular película "8 Mile" (2003), dirigida por Curtis Hanson y protagonizada por Eminem, quien compuso el clásico "Lose yourself". 

“Yo había visto la película hacía poco, que la veo en partes porque mi viejo me tapaba los ojos para que no vea las escenas de sexo o violencia, y me acuerdo que mi viejo me dijo que tenía que subir yo, tirar mis barras. Fui al baño, me limpio, vomito, todo igual a Eminem, vomito y dije ‘ahora sí, estoy listo, voy y la rompo’. Me comí ‘8 Mile’, yo era Eminem”, sostiene. 

Desde 2014 comenzó a subir videos a Youtube, donde publicó sus primeras rimas. : “Es una etapa de mi vida que muy poca gente sabe, solo los fanáticos, y también el término ‘atreverse’ va a eso, yo siempre me propuse algún proyecto, y para mí hacer videos no era joda", dice.

Según cuenta, en ese momento tenía 10 años, y lo consideraba como "un juego". Su rutina era intensa: terminaba de grabar, se quedaba editando el video toda la noche, al otro día iba al colegio para volver a casa y seguir mirando tutoriales.

“Llegué a un punto en entender que lo que yo hago, lo hago para mí, no para la gente, después, hagas lo que hagas, seas rapero, cantante, futbolista, va a ver gente a la que le caigas piola y otra que no, es imposible caerle bien a todo el mundo, hay que saber lidiar en el oficio y la pasión que tengas, va a pasar siempre”, confiesa.

Otras de sus facetas no tan conocidas es su pasión por la actuación: “Me gustaría atreverme a actuar, estaría buenísimo. No sé si dedicarme de lleno a eso, pero aparecer en algún que otro film, alguna película, estaría piola. Igual lo hice de guachín, aparecí en un par de películas, estaba en el grupo de teatro de La Boca, ‘Catalina Sur’, y actué un montón ahí y se me abrieron posibilidades, están en youtube. Aparecí en ‘Paka Paka’, en un montón de capítulos, y después en la película que actué es en ‘Venimos de muy lejos’, que es del teatro”.

Se trata de un camino con potencial a explorar: “Me gustaría hacer algo que no soy yo, tener que meterme en el personaje, actuar o de muy bueno o de muy malo, que me saque de contexto. No me gustaría ir a actuar y hacer de ‘Trueno’ y aparecer rapeando, me daría paja, me gustaría esforzarme un poco y poder lograr un personaje, meterme psicológicamente, tener que cambiar flas, está bueno. Me gustaría algo extremo, muy bueno o muy malo”, indica.

Cuando creció comenzó a participar de grandes competencias nacionales, como Red Bull Regional de Buenos Aires, El Quinto Escalón, FMS Argentina y más. Para él, Duki y Paulo Londra fueron los encargados de abrir las puertas a los demás: "Fueron los primeros en decir ‘eh, somos buenos, mírennos’ y todas las miradas fueron ahí, y gracias a eso, las miradas también fueron al costado de ellos”, señala.

"Yo no iba a ir a la Red Bull, no quería competir ahí, no me llamaba. No me llamaba competir, es el hecho de bardear a otro, me chupaba un huevo medirme con otro, tratar de ser el mejor. Lo que logré, lo logré por disfrutarlo, por ir a hacer lo que quiero y llegó un punto, porque batallé un montón de años, que me fue cambiando la cabeza", afirma.

Luego continúa: "En mi última etapa, en la que la gente me vio, porque no voy a dejar la batalla ni en pedo, si hay algo que aprendí es a improvisar en el momento y disfrutarlo más allá de ganar o perder, sentirlo, flotar. La gente dice que tengo Flow porque me permito flotar y despreocuparme de todo, pero cuando estábamos en la charla de la Red Bull con mi viejo, él me decía de hacerlo porque yo la quería ganar desde que tengo 3 años, y me dije que era verdad, lo voy a hacer por ese Trueno niño que lo soñaba y moría por ganar una Red Bull. Veía la de España y eran los Power Rangers, un flash”.

¿Cuál fue la mejor batalla que tuvo para él? “Creo que fue contra Papo, la final de la FMS, pero fue porque viste cuando te despertás y te decís ‘hoy gano yo, no hay chance’, nunca me pasó en la vida. Estuve cero nervioso en las otras batallas y ese día estaba muy nervioso, no me gustaba. Y cuando entro al escenario y figo la primera rima, digo ‘listo, ya está’, me pasa eso, cuando rompés el hielo, ya fue”, asegura. 

Ese Trueno niño lo pudimos escuchar en su disco "Atrevido", que presentó este año, que cuenta con 10 canciones y colaboraciones con grandes referentes como Wos, Nicki Nicole, Bizarrap, Aleman y más.

“Yo no quería hacer un disco al principio, yo no sabía qué quería, no tenía idea que carajo hacer, yo quería hacer música como siempre la hice. Antes me preparaba un tema, iba al estudio, lo hacía, no daba más vueltas, hacíamos la base, lo sacábamos, no había ni correcciones ni consejo, nada. Lo conocí al Tachu porque entré a NEUEN y empecé a tener clases musicales y yo de alguna u otra manera sabía todo sin saber teóricamente", cuenta.

"Me empezó a nutrir de cosas muy claves, me enseñó a usar el autotune en vivo, practiqué un montón, hicimos ensayos, después pasó a ser mi DJ, y después a ser mi productor y él me dijo que tenía que hacer un disco, pero yo no sabía qué quería decir. Y no saber qué decir fue lo mejor que me pudo pasar, porque ese es el concepto del disco, ser yo, ese disco soy yo, hasta ahora. Después, para adelante, para mí es un nuevo comienzo y una nueva etapa, otra cabeza y otro fla, pero creo que si te sentás apuntando a cómo tiene que salir o qué tenés que hacer, te va a salir forzado y eso se nota, porque cuando grabás y estás contento, se nota en la voz, si estás triste, se nota", siguió.

Una de las referencias con más preponderancia en su álbum es el barrio de La Boca, el cual también figura en sus videos. "Si Trueno gana festeja La 12, yo soy del bajo, vos no sé", dice la letra de la canción "Atrevido".

“Tiene mucha cultura La Boca, es un barrio muy lindo. Lo que veo es que es un barrio que tiene su mala fama, por cierto lado, pero a la gente le cuesta ver lo lindo de La Boca, creo que es el barrio más colorido que puede haber en Argentina, por eso tan turístico, tiene mucha historia, donde pasaron un montón de cosas, llegaban los barcos al Riachuelo. Boca tiene los colores azul y amarillo porque el primer barco que llegó era de Suecia. Tiene tango, las cantinas, después con la actualidad y con el tiempo se fueron deteriorando, quedaron tres cantinas, pero es un barrio rico en lo cultural, es muy barrio, el que está en La Boca, es de La Boca o es turista", afirma. 

No es la primera vez que canta junto a Bizarrap: previamente ya participó de un Freestyle Sessions y una Music Sessions, los cuales rompieron todos los rankings y escalas en Youtube. 

“Es un capo, el Biza me sorprende mucho", dice Trueno y sigue: "Era un pibito que veía las batallas, hacía recopilaciones del quinto escalón, era un guachín todo tímido y ahora es el mejor productor, es el que está más pegado, el número 1 de Spotify desde hace meses, me pone muy contento, porque es gente que se dedicaba, emprendió su vaina y la hizo re piola, y son personas sanas, que les costó hacerlo y no tienen un pedo en la cabeza. Con el Biza nos cagamos de risa”.

Una de las frases más destacadas del álbum fue la que luce en "Sangría", el tema con Wos, donde expresa: "Te guste o no te guste somo' el nuevo rock and roll". La oración no tardó en resonar en todo el círculo musical del país.

“Más allá del género y de la letra, nuestros principios son los mismos, del rock, la cumbia, el género que quieras, son gente que salió de abajo y tiene algo para contar, de distinta manera, distintas vivencias, pero siempre va a haber un vocero, una voz que es la voz de un montón de otra gente que no tienen medio para hablarlo y esa es la línea de comunicación, ahora somos nosotros, a la gente le puede gustar o no, pero somos la cara de la juventud y representamos un momento, en 10 años escucharán nuestra música y se va a acordar de un momento, en eso me refiero que somos el nuevo rock&roll”, amplía el joven.

Tiene más de cinco millones de seguidores en Instagram. Uno de los últimos videos que publicó fue "Mamichula" con Nicki Nicole, que alcanzó más de 145 millones de visualizaciones en Youtube.

“El éxito no me cambia, me pongo muy contento, pero nunca me acomodo o digo ‘listo, llegué hasta acá, soy un capo’, o me comparo con otros. Siempre pienso que puedo hacer algo más, pero en cuanto a lo musical y personal también. Trato de no darle pelota y creo que por eso estoy tan equilibrado emocionalmente porque es re difícil”, reflexiona.

Después de todo, tiene una misión clara: "Vos transmitís en el micrófono, yo antes pensé que era solamente cantar una letra que tenías escrita y listo, pero empecé a regrabar, entendí lo que es transmitir tu energía, qué carajo querés decir. Creo que entendí la música más allá de lo que es escribir y grabar y sacar, si no darle la vuelta verdadera”.

Hacia el final de la entrevista se abre la caja. Comienza un desafío inesperado. Semana a semana una figura se someterá al living para dialogar y reflexionar. Y vos, ¿te animás a recordar qué momento hizo un click en tu vida?