Este martes, tras la movilización a la Plaza de Mayo organizada por la CGT y las CTA, el presidente Mauricio Macri desplazó a dos funcionarios cercanos al sindicalismo.
Se trata de Ezequiel Sabor, viceministro de Trabajo, y Luis Scervino, superintendente de Servicios de Salud, organismo que se encarga de la distribución de los fondos de las obras sociales.
Pese a que Sabor es un histórico del macrismo (surgió de la Fundación Pensar y se desempeñó como subsecretario de Trabajo de la Ciudad de Buenos Aires), era cuestionado por sectores de la Casa Rosada por su estrecha relación con Hugo Moyano y con Luis Barrionuevo.
Por su parte, Pervino es un reconocido sanitarista que proviene del riñón gremial: fue director médico de la obra social del Sindicato de Obras Sanitarias y uno de los principales expertos de la CGT en materia de seguridad social.
"Es una pérdida de tiempo, no lleva a ningún lugar", había dicho un rato después de la marcha el jefe de Estado, rodeado de jóvenes que consiguieron su primer empleo.