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¿Puede el superministro Massa frenar la suba del dólar y la inflación?

Sergio Massa intentará estabilizar una economía al borde de la devaluación. Aunque tenga éxito o fracase en su tarea, los planes de ajuste siempre tienen consecuencias negativas sobre las mayorías.

¿Puede el superministro Massa frenar la suba del dólar y la inflación?
Sergio Massa, nuevo ministro de Economía.

El arribo de Sergio Massa al Ministerio de Economía solo puede entenderse por la gravedad de la situación económica. La corrida financiera y cambiaria no logró ser contenida con el mensaje de austeridad de la reemplazada Silvina Batakis y, evidentemente, tampoco serán suficientes las medidas anunciadas por el Banco Central durante esta semana.

Las reservas internacionales del Banco Central se encuentran en estado crítico. En los niveles actuales no alcanzan para cancelar el pago de importaciones de gas licuado necesario para sostener la generación de energía eléctrica durante agosto. Si no se recomponen las divisas de la autoridad monetaria, en pocas semanas el oficialismo se enfrentará a una disyuntiva desagradable: devaluar o realizar cortes de luz programados.

Los desafíos del superministro

Esta urgencia empujó al Frente de Todos a tomar una decisión largamente postergada. Concentrar en un ministro el conjunto de la política económica es entendido como un paso necesario para superar la descoordinación y la falta de respaldo político de los antecesores de Massa.

De esta forma, el Ministerio de Economía absorberá Desarrollo Productivo y Agricultura, que pasarán a ser secretarías donde el ex jefe de gabinete colocará funcionarios de su confianza. Sin embargo, el cuadro de Superministro luce incompleto con las modificaciones realizadas hasta el momento.

Aunque no conozcamos al equipo ni las medidas que se tomarán para revertir el escenario descripto, podemos aventurar que la orientación de Massa no será diferente a la de sus antecesores. Con amplios contactos en Washington, resultaría extraño que intente confrontar con el Fondo Monetario Internacional para modificar el programa acordado con Martín Guzmán. En todo caso, el desembarco del ex presidente de la Cámara de Diputados viene a profundizar el acercamiento con las finanzas internacionales y locales para frenar la corrida con una posición market friendly.

En ese sentido, buscará enviar la “señal fiscal” que reclama el mercado para firmar una tregua. La herramienta más cercana para recortar el gasto público son los subsidios energéticos, por la rigidez del resto de los gastos que se le asemejan en su densidad. Sin embargo, la Secretaría de Energía permanece intacta, con todos los funcionarios que frenaron la segmentación de tarifas en sus puestos. 

En el caso del ajuste monetario el escenario es similar. Al momento, Miguel Ángel Pesce continúa en su cargo como presidente del Banco Central, otro de los funcionarios que tuvo divergencias con los antecesores de Massa. 

La primera señal, incluso previa a conocerse el desembarco del flamante ministro, es favorable para sus objetivos. La autoridad monetaria decidió subir la tasa de interés de referencia en 800 puntos básicos para llevarla al 60%. La suba del costo del dinero es un aspecto fundamental para frenar la nominalidad de la economía.

La profundización del ajuste fiscal y monetario será complementada con un manejo activo de las relaciones con los organismos multilaterales de crédito, ahora centralizadas en Economía, para obtener divisas que refuercen las arcas del Banco Central. En el mismo sentido operarán las relaciones de Sergio Massa con empresarios y grandes fondos de inversión.

 

Estabilizar es la tarea

Dado el panorama mencionado anteriormente, el golpe de timón en el gabinete era inevitable. Una de las preguntas es si al nuevo primus inter pares le quedan herramientas (o voluntad) para frenar una devaluación brusca. En un clásico de la gestión del Frente de Todos, tal vez la decisión se haya dilatado por demasiado tiempo.

Otra de las preguntas es si el giro a la derecha será soportado por el sector kirchnerista del FdT. Guzmán renunció mientras la vicepresidenta lo comparaba con el economista ortodoxo Carlos Melconián. Batakis tuvo el visto bueno de Cristina Kirchner pero fue rechazada inmediatamente por organizaciones sociales y sindicales cercanos a la vice por su mensaje ajustador. La llegada de Massa es un mensaje de profundización del acercamiento a “los mercados”.

En la cúpula del Frente de Todos, y sus comunicadores y mandos intermedios, parece haber consenso de que la única salida al pantano de la crisis es el ajuste. ¿Es este diagnóstico compartido por sus bases?

La historia de los ajustes o “planes de estabilización” para salir de la emergencia de una espiralización es contundente. Cuando fracasan, quienes vivimos de un ingreso en pesos sufrimos un profundo golpe en el bolsillo. Pero cuando tienen éxito, aunque en una magnitud diferente, también implican una transferencia de ingresos regresiva en el corto plazo. Por lo tanto, la estabilidad del Gobierno dependerá su capacidad para asimilar y contener el shock al que nos dirigimos.