La apertura de sesiones del Congreso nacional dejó mucha tela para cortar, pero se destaca la mención del aborto por parte de un presidente por primera vez en muchos años. Mauricio Macri dijo que si bien está "a favor de la vida", ve saludable la discusión parlamentaria.
A pesar de las palabras del mandatario, Elisa Carrió se mostró en contra con un pretexto extraño. La diputada le pidió a quienes presentaron el proyecto "que tengan en cuenta que hay muchísimos argentinos cristianos, musulmanes, judíos, que están viviendo en este momento un tiempo sagrado para todas las religiones".
La chaqueña hacía referencia a la Cuaresma para los cristianos, los cuarenta días antes de la Pascua, el Pesaj para los judíos y el Ramallah para los musulamnes, y la discusión provocaría violencia, según sus palabras.
Luego, mientras hablaba con la prensa, la ex candidata a presidenta pidió postergar el debate por las madres que mueren realizando abortos clandestinos, ya que en su agenda está primero "el hambre de los chicos vivos y las madres vivas, es nuestra mayor ofrenda para la Humanidad".