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Qué cuidados hay que tener a la hora de aplicar para una visa de nómade digital

La tendencia de trabajar y viajar crece cada día más y se impone entre los más jóvenes. Sin embargo, las personas que eligen este estilo de vida deben estar atentas a no caer en un limbo jurídico. 

Qué cuidados hay que tener a la hora de aplicar para una visa de nómade digital

En los dos últimos años, con la llegada de la pandemia de coronavirus, el mundo experimentó importantes cambios que impulsaron una serie de transformaciones en las comunicaciones y los métodos de trabajo. En este contexto, el home office se instaló en la 'nueva normalidad' de muchas empresas y llegó para quedarse.

Frente al nuevo panorama impuesto por la crisis sanitaria y la posibilidad de realizar sus labores desde la computadora, muchas personas optaron por irse de viaje y comenzar a trabajar desde diferentes puntos del planeta. Así, fue que los “nómadas digitales” crecieron exponencialmente y ganaron un mayor terreno. 

Una oportunidad para los teletrabajadores 

Los denominados nómadas digitales son personas que no cuentan con un lugar fijo de asentamiento y además, tienen un trabajo online, el cual permite su traslado de un lugar a otro. 

Sin embargo, pese a la tentadora oferta, los ciudadanos que eligen este estilo de vida deben tener cuidado de no caer en un limbo jurídico, debido a que no están habilitados a solicitar una visa de trabajo tradicional, en la cual se requiere un contrato con un negocio o empresa local junto a una carta de invitación al país. 

Cada nación que emite visas para nómadas digitales es diferente y cada una cuenta con políticas específicas para su acceso. Por eso, resulta fundamental consultar los requisitos solicitados por cada destino en particular.

  • Generalmente, un aplicante a la visa para nómada digital necesita contar con un pasaporte válido, presentar una prueba de ingresos estables para demostrar que puede mantenerse económicamente en su estancia y probar que efectivamente lleva adelante un trabajo remoto

De acuerdo al Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS, por sus siglas en ingles), no todas las personas son seleccionadas para una visa de nómada digital. “La elegibilidad depende de varios factores, entre los que se ubican la nacionalidad del solicitante, el historial de visas del interesado y si el solicitante se considera una amenaza para la seguridad o la salud de los países de destino de la visa de nómada digital”, indican.

Las advertencias a la hora de aplicar a una visa de nómada digital

Al respecto, Andrés Burecovics, abogado especialista en Derecho Interjurisdiccional y director de la consultora B&P Consulting, afirma que las visas para los nómadas digitales no son lo que parecen. “Si bien pueden funcionar en algunos casos, son migratoriamente incompletas y fiscalmente problemáticas”, advierte. 

“En primer lugar, poco se sabe de ellas realmente. En diferentes oportunidades se suelen mencionar los países que cuentan con una visa de digital nomad, pero hasta lograr implementarla de forma real y adecuada pueden pasar desde meses, hasta años, o termina simplemente sin suceder”, señala Burecovics. 

Cabe destacar que la principal diferencia entre una visa de turista y una visa de nómada digital es el tiempo que la persona puede permanecer en el país. Las primeras son otorgadas para cortos periodos de tiempo, de hasta 3 meses de estancia, mientras que las visas digitales para nómadas permiten la permanencia por alrededor de un año o más.

“Para evaluar una visa de nómada digital, siempre hay que tener en cuenta la cantidad de visas emitidas, ya que esta no existe hasta que se manifiesta la primera tanda. En segundo lugar, no suelen conducir a un camino migratorio permanente. Algunas cuentan con una duración de 6 meses sin renovación, otras un año, otras dos, pero lo que sí está claro es que tienen un principio y un final”, señala el abogado. 

Según detalla el especialista, las visas de digital nomad otorgan “residencias fiscales problemáticas”, ya que, al ingresar en un régimen diferenciado de residente ‘nomádico’, el viajero puede terminar en un limbo fiscal que genere la imposibilidad de bajas en sus residencias anteriores y altas no deseadas en sus viajes por el mundo.

“La residencia fiscal de un inmigrante es un elemento que se debe considerar seriamente y se debe defender a capa y espada, cumpliendo todas las normas de una legislación fiscal robusta. En los tiempos que corren, es imposible realizar negocios internacionalmente, por lo tanto también es dificultoso ser nómade digital si no se posee una residencia fiscal”, agrega Burecovics, quien se dedica al asesoramiento en mudanzas estratégicas, procesos migratorios y exportación de servicios a empresas, emprendedores y personas físicas. 

Asimismo, el abogado advirtió por las posibilidades de perder el “tie break”, o el test que puede efectuar un fisco para determinar la residencia fiscal de una persona. 

“Para demostrar al mundo un interés real en este tipo de economía, los países deben olvidarse de las visas insuficientes y simplemente adoptar políticas de imposición territorial, o regímenes de cero impuestos para exportadores de servicios.Y para los inmigrantes que estén interesados en exportar servicios, políticas migratorias abiertas y permanentes. El resto, son sólo espejitos de colores”, concluye el especialista.

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