Julen, de dos años, quedó atrapado en un pozo de 25 centímetros de diámetro y más de 100 metros de largo. Casi dos semanas después, su cuerpo fue encontrado sin vida por los rescatistas.
Ambos estuvieron pendientes del transcurso de la investigación y no se despegaron del lugar donde trabajaban los rescatistas. Ahora piden mayor intimidad para despedir a su hijo.
Minutos antes de darse a conocer la noticia a los medios de comunicación, los padres de Julen Roselló fueron comunicados del hallazgo. Desde la casa donde estuvieron hospedándose los últimos días, se escuchó como gritaban: "¡Otra vez no!". La familia Roselló había perdido a otro de sus hijos, el hermano mayor de Julen, hace algunos años, por lo que es la segunda vez que pierden a un hijo.
Después de encontrar el cuerpo, comenzó la comisión judicial para investigar lo sucedido. El pozo había sido perforado para realizar sondeos de agua.