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La grieta primaria: Entre un kirchnerismo herbívoro y el macrismo carnívoro

Del desfile por la Independencia al memorándum con Irán, las primeras horas de la campaña mostraron a Mauricio y Alberto con un humor nervioso y discursos a medida. 

La grieta primaria: Entre un kirchnerismo herbívoro y el macrismo carnívoro
De cara al 11 de agosto los dos frentes de la grieta recrudecen su discurso

El domingo pasado arrancó una parte de la campaña y no se que pensarás vos pero en menos de siete días creo que disponemos de sobrada evidencia para entender por cómo y dónde va a pasar la mano, el (hasta) cuándo todavía está en veremos. 

Si el mensaje es el síntoma, el diagnóstico no puede ser bueno. Del desfile por la Independencia al memorándum con Irán, las primeras horas de la recta final primaria mostraron a Mauricio y Alberto con un humor nervioso y discursos a medida. 

El espacio de Juntos por el Cambio, con Vidal y (llamativamente) Larreta a la cabeza, pisó fuerte y redobló su mensaje desde el discurso del “nosotros y/o ellos”, génesis de Cambiemos y a partir del cual se encuadra una identidad propia no tanto por cosas en común sino desde la negación del otro. “Nosotros somos lo que no son ellos”.

El macrismo carnívoro

Así como en el año 2015 el “íbamos camino a Venezuela” y el “temor a la chavización” tuvieron sobrado éxito, cuatro años después se renueva este enfrentamiento aparentemente excluyente entre República (democracia) versus populismo (autoritarismo).

La pregunta ahora que Macri es gobierno es hasta cuándo podrá funcionar el “no volver al pasado” como rédito político. Los contrapuntos planteados durante la campaña (pasada y presente) pierden algo de sentido dichas desde Balcarce 50.

La crisis económica ya no es la heredada, sino la gestada. La de un modelo que se pensó basado en la inversión privada y el aperturismo pero que hasta hoy, frágil, se sostiene en base al endeudamiento, a contramano de esa idea de volver a un mundo”que ya no es aquel que esperaban. 

Plantado en una campaña que incluye inauguraciones de obras (o tramos) día por medio, algo permitido hasta el 17 de julio, el Presidente y quienes lo acompañarán en suerte el 11 de agosto próximo parecen decididos a llevar una campaña carnívora, algo que deja a la incorporación de Pichetto y la moderación inicialmente buscada bastante en offside. 

¿Lo bueno? no se habla de números (por ahora) ¿Lo malo? Los números hablan. 

El kirchnerismo herbívoro

Muy probablemente estas elecciones sean el último cartucho político que el armado kirchnerista tenga como cuadro político. 

Y si hasta el 18 de mayo era posible observar un partido donde Cristina era plataforma y techo de un espacio que no evidenciaba posibilidad alguna de renovación ni fidelidad ante un eventual resultado adverso, la convocatoria de Alberto muestra apertura y evidencia un aprendizaje de la grieta. 

¿Cuál? Que la grieta está pero el objetivo es la tercera vía y sus votantes. Más por circunstancia que por mérito propio, este electorado va a ser vital para definir el horizonte político del país. La grieta es tan atractiva que no deja ni dejó alternativa, federal o no. 

Así, como plantea Stefanoni, la ex presidenta entendió: que si bien la polarización política le dio resultados al kirchnerismo, en el terreno electoral también le propició derrotas, que el antikirchnerismo se transformó casi en una identidad política y que esa grieta que divide a los argentinos podría jugarle en contra de nuevo.

En esto los casos de Axel Kicillof y Matías Lammens para la provincia y ciudad de Bs.As respectivamente construyen sobre este kirchnerismo herbívoro. De hecho el propio Kicillof es uno de los economistas que viajó a Estados Unidos para dar confianza de que un virtual gobierno peronista no buscará el default ni alterará las reglas del juego.

¿Lo bueno? se baja el tono ¿Lo malo? se corre el debate que conviene al frente De Todos.

Electoralmente hablando, ambas estrategias parecen ser las más adecuadas y funcionales. Restará saber cuál termina siendo la elegida y cómo se traslada esto sobre un eventual Gobierno que desde los números va a estar con la soga al cuello ¿pollo o pasta?