Lo que debía terminar como una divertida noche de salida con amigos, tuvo el peor final. El pasado viernes 1 de diciembre, Jonathan Castellari paró en un local de comidas rápidas luego de salir de un boliche. Mientras esperaba el pedido, un grupo de ocho hombres lo golpeó "por puto" hasta dejarlo inconsciente.
La salvaje agresión le provocó al rugbier de 25 años una fractura cerca de una de sus órbitas oculares que casi le hacen perder un ojo. Una semana más tarde de la tremenda golpiza y ya de alta, el joven decidió escribir una carta contando cómo fue la terrorífica situación que le tocó vivir, además de reflexionar sobre los agravios que sufren los homosexuales en diferentes etapas de sus vidas y en la vía pública.
"Pensé que me desmayaba en el instante en que intenté levantarme del piso y sentí que me ahogaba tragando mi propia sangre. Pensé que me mataban. Pensé que no iba a poder contar lo que pasó" relató Castellari.
A medida que iba reconstruyendo los hechos, el jugador de Ciervos Pampas explicó que en el local no había personal de seguridad y que solo lo ayudó una "enfermera que estaba ahí de casualidad".
Mi viejo fue el único que me dijo: “No me importa lo que hagas entre cuatro paredes, siempre te voy a amar”.
Por último, el joven no dudó en tomar como ejemplo la penosa situación que le tocó enfrentar para tratar de generar un cambio en la sociedad: "Educá, difundí, hablalo en tu casa, hablá con tus amigos, con tus hijos. No te calles, no seas cómplice. La homosexualidad no es una enfermedad y la homofobia es una forma de odio que se inculca mediante la discriminación. Ser gay es algo innato en nuestras vidas: queremos vivir sin tener miedo de salir a la calle".