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Actualidad #Judiciales

Juicio por el crimen de jubilado que hurtó aceite y queso en un supermercado

El único acusado es un empleado del supermercado Coto de San Telmo, quien según la causa, retuvo de forma "desproporcionada" al jubilado de 68 años, quien "se encontraba en inferioridad física".

Juicio por el crimen de jubilado que hurtó aceite y queso en un supermercado

Una fiscal pidió que Ramón Cerafín Chávez (31), un ex empleado del supermercado Coto de San Telmo vaya a juicio oral acusado del “homicidio preterintencional” de Vicente Luis Ferrerun jubilado de 68 años que en agosto murió luego de ser retenido y golpeado.

La víctima había intentado hurtar un aceite de oliva, un queso cremoso y dos chocolatines.

La fiscal Marcela Sánchez pidió ante el juez en lo Criminal y Correccional 33, Darío Bonanno, que Chávez sea juzgado por el delito de “homicidio preterintencional”, que impone una pena de reclusión de tres a seis años o prisión de uno a tres, "al que, con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de alguna persona, cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte", según establece el artículo 81 del Código Penal.

Chávez llegará al juicio en libertad, ya que si bien estuvo unos días detenido, al ser procesado en agosto pasado con esta calificación, el juez Bonanno dispuso que sea sin prisión preventiva.

La causa tuvo al inicio un segundo detenido, el vigilador Gabriel Alejandro de la Rosa (28), pero al momento de resolver su situación procesal, el juez Bonanno lo liberó, sobreseyó y desvinculó del hecho al entender que la muerte de Ferrer fue consecuencia sólo del accionar de Chávez.

Cómo fue el hecho

La imagen de la policía asistiendo a la víctima, tras ser retenido en forma violenta por el empleado del supermercado.

Según lo acreditado en la causa, el hecho ocurrió a las 18.45 del 16 de agosto de 2019, en el supermercado Coto de avenida Brasil 575, entre Perú y Bolívar, donde Ferrer se retiró del comercio con una botella de vidrio de aceite de oliva extra virgen de 500 mililitros, dos chocolates de 170 gramos cada uno y un queso cremoso de medio kilo, sin abonar los productos en la caja.

El vigilador De la Rosa advirtió que el jubilado salía con algunos productos escondidos en sus ropas, comenzó a seguirlo y lo retuvo en la cuadra, a la altura de avenida Brasil 517.

Allí se le sumó Chávez, quien pese a la resistencia del jubilado, lo retuvo mientras De la Rosa se apartó para ir a buscar a la policía.

Según consta en la descripción del hecho formulada por la Justicia, Ferrer arrojó la botella de aceite al piso y Chávez volvió a forcejear con él, lo tiró al piso, se le tiró encima presionándole el pecho contra el piso.

Siempre según la acusación, luego, Chávez le colocó al jubilado una rodilla en la espalda para inmovilizarlo y le aplicó algunos golpes de puño, pese a que Ferrer le decía que no podía respirar.

El empleado del supermercado colocó al jubilado parado, de espaldas a la pared, hasta entregarlo a la policía, momento en el que hombre se descompensó, se desvaneció y pese a las maniobras de reanimación, se constató que había muerto cuando llegó en una ambulancia al hospital Argerich.

  • La autopsia determinó que Ferre murió como consecuencia de un "traumatismo de cráneo con hemorragia cerebral".

Al dictar su procesamiento, el juez Bonanno había afirmado que la conclusión de la autopsia "confrontada con los registros fílmicos colectados y el relato de los testigos que lo complementan, permite afirmar que la causa del fallecimiento de Ferrer fue consecuencia de las maniobras de retención desarrolladas individualmente por Ramón Cerafín Chávez".

Al analizar la figura penal del homicidio preterintencional, el juez afirmó en su resolución que "conforme se ha logrado reconstruir, Chávez, en el afán de asegurar la detención de Ferrer por los elementos que previamente había sustraído, ejerció sobre él un despliegue de violencia que causó de manera mediata su fallecimiento".

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