Mauricio Macri se reunió con familiares de los tripulantes de los buques pesqueros San Antonio, Repunte y Rigel en Mar del Plata, donde no se pudo esquivar a las controversias.
Luego de que le preguntaran al presidente los motivos de por qué el país compraba embarcaciones en el exterior, en lugar de fabricarlos en el Astillero de Ensenada, el presidente se hizo eco de las palabras del empresario naviero Vito Contessi, quien le había sugerido que “al Astillero habría que dinamitarlo”.
La frase desató la bronca de los trabajadores del Astillero Río Santiago, quienes esta mañana decidieron tomar las oficinas de Dirección de la empresa, para repudiar las declaraciones del presidente.
El Gobierno nacional había anunciado en mayo la adquisición de 5 lanchas-patrullas israelíes por un costo de 49 millones de dólares y 4 buques de guerra franceses en desuso por 300 millones de euros. Mientras que los trabajadores afirman que esas mismas embarcaciones podrían fabricarse a mitad de precio.
Además emitieron un comunicado donde aseguraron que sus dichos fueron “un ataque directo a la rica historia de los trabajadores del Astillero Río Santiago, que no debemos dejar pasar”.
“Decididamente fue la gota que rebalsó el vaso, y hace reafirmar que no sólo el gobierno le ha dado la espalda al Astillero Río Santiago y a toda la industria naval, sino que también pretende desprestigiarlo públicamente”, manifestaron.
La situación de la empresa estatal es crítica. Desde hace varios meses, muchos de sus operarios se encuentran parados por falta de obras y sus delegados le exigen al gobierno provincial de María Eugenia Vidal, así como el nacional, que reactive la producción de embarcaciones.