Los republicanos se encaminaban este miércoles a recuperar la Cámara de Representantes del Congreso, pero aún disputaban voto a voto el control del Senado, a la espera del resultado definitivo de las elecciones de medio término.

Los primeros datos arrojaban un resultado mejor que el esperado para los demócratas, teniendo en cuenta lo que preveían la mayoría de los pronósticos.

En la Cámara de Representantes, los republicanos parecían asegurarse la mayoría. Hasta esta mañana, se aseguraban 199 escaños, a sólo 19 de obtener el control, contra los 172 que sumaban los demócratas.

Distinto era el escenario en el Senado, donde mantenían un empate (48 a 48) y disputaban voto a voto las últimas cuatro bancas.

Aún restaba en tanto la definición en cinco de los 36 estados que elegían gobernador. Y si bien los republicanos retuvieron Texas y Florida, los demócratas lograron arrebatarle las gobernaciones de Maryland y Massachusetts.

"No es una ola republicana, es más bien una pequeña onda débil", analizó The Economist, que señaló al ex presidente Donald Trump como uno de los grandes perdedores, haciendo hincapié en la derrota de los candidatos que apoyó.

"El poder especial del Sr. Trump está sobre la facción berserker del Partido Republicano, que tiene influencia en las primarias. Pero para el resto del electorado se está convirtiendo en lo que más ridiculiza: un perdedor", sentenció.