Las elecciones legislativas en octubre van a definir la estructura del Congreso que acompañará a Mauricio Macri en los segundos dos años de su gestión. Si bien el Gobierno podrá mejorar su representación, tanto en Diputados como en el Senado, no podrá tener mayoría propia.
En el caso de la Cámara baja, se eligen 127 diputados en todas las provincias. De los bloques principales, el que proporcionalmente más bancas pone en juego es UNA, de Sergio Massa.
Al pre candidato a senador por 1País, le toca el recambio de las bancas que se obtuvieron en la elección de 2013, cuando Massa le ganó al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. De los 38 diputados en total, deben renovar 21.
Cambiemos pone en juego 40 bancas, sobre las 86 que tiene. El radicalismo se garantizó que como mínimo va a retener todas las que pone en juego. También crecería el bloque de la Coalición Cívica, ya que Elisa Carrió logró colocar dirigentes propios en lugares expectantes en las listas de Capital, Buenos Aires, Santa Fe y Chaco.
En el PJ es donde se verán los mayores cambios. El bloque FPV-PJ pone en juego 32 de 72. La mayor duda pasará por si siguen unidos después de las elecciones, sumado a la la figura de Cristina Kirchner que encabezará la lista de Unidad Ciudadana.
Además, ocho son las provincias que renuevan sus senadores: Buenos Aires, Santa Cruz, San Juan, La Rioja, Jujuy, Formosa, Misiones y San Luis. De todas formas, la perspectiva del oficialismo será ganar terreno en un ámbito que le es desfavorable y apostará sumar más senadores en por lo menos seis de esas ocho provincias.
Todo parece indicar que el peronismo seguirá manejando los tiempos del Senado, aunque la situación ideal para el Gobierno es que ya no cuente con quórum propio, para que las negociaciones sean más parejas.