El jefe de la Policía de Austin, Brian Manley, dijo que Mark Anthony Conditt, un joven blanco de 23 años, no hizo alusión "en ningún momento" del video a los motivos por los cuales cometió los ataques con bombas en la capital del estado de Texas.
Las autoridades tenían dos hipótesis sobre el motivo de su accionar: delito de odio racial o terrorismo. Sin embargo, Manley dijo que en el video sólo demuestra ser "un joven con problemas que habla de los retos en su vida".
El video donde comunica que es el autor de los crímenes dura 25 minutos y fue grabado el miércoles antes de suicidarse. El joven de 23 años dejó en testimonio cómo elaboró las siete bombas con un mismo mecanismo y remarcó las diferencias entre cada una.
Las autoridades policiales tranquilizaron a la población explicando que las siete bombas están localizadas: cinco estallaron provocando la muerte de dos personas, una fue interceptada antes de explotar y la última fue la que usó para terminar con su propia vida.
Por su parte, el gobernador de Texas, Greg Abbott, presente en la conferencia de prensa, ponderó la labor de las autoridades policiales que "evitaron que el número de víctimas fuera a mayores con su excelente trabajo".
El agente especial de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), aseguró con "un alto grado de certeza" que los componentes encontrados en la vivienda son los mismos que se emplearon "en todas las bombas en Austin desde principios de marzo".
Uno de los factores que más desconcertó a las autoridades durante la investigación fue el grado de sofisticación de los artefactos, por lo que dijo que seguirán buscando pruebas para averiguar cómo aprendió Conditt a fabricar las bombas.
La familia del sospechoso publicó un comunicado, difundido por la cadena CNN, en el que declaraban estar "devastados y destrozados por la noticia".