Un llamativo cartel apareció en la puerta de entrada a la habitación del Papa Francisco en la casa Santa Marta en el Vaticano con la insignia "Prohibido quejarse", generando revuelo entre los visitantes y residentes de la ciudad.
Pero este gesto de "pocos amigos" tiene en realidad que ver con un regalo obsequiado por un psicólogo durante una audiencia general en la plaza de San Pedro, y que Francisco decidió colgar en la puerta de su despacho durante estos días de vacaciones. La foto del cartel fue divulgada por el periódico La Stampa.
Con tono divertido, el aviso advierte también que los "transgresores son sujetos a un síndrome de victimismo con la consecuente disminución del tono de humor y de la capacidad para resolver problemas".