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El Gobierno compró la confitería del Molino: un repaso por su historia

Por su alto valor cultural, el Estado adquirió el histórico edificio ubicado en la esquina de Callao y Rivadavia. Conocé por qué es un ícono de la Ciudad de Buenos Aires
El Gobierno compró la confitería del Molino: un repaso por su historia

Por casi 182 millones de pesos, el Estado nacional compró la histórica Confitería del Molino, ubicada en la esquina de Rivadavia y Callao, frente al Congreso. El edificio permanece cerrado desde 1997.

A partir de ahora, el equipo del Plan Rector de Intervenciones Edilicias (PRIE) podrá ingresar al lugar, hacer un relevamiento de su estado y comenzar las obras. Se trata del mismo equipo que restauró el Palacio Legislativo.

Pero, ¿por qué la Confitería del Molino es un ícono porteño?  Obra del italiano Francisco Gianotti, el edificio fue inaugurado el 9 de julio de 1916, en coincidencia con los festejos del Centenario de la Independencia.

Se trata de uno de los inmuebles más emblemáticos y representativos de la Ciudad. Sin embargo, mientras se esperaba una solución (expropiación, la concesión o la explotación privada), su estructura se fue deteriorando día a día y sus instalaciones se cubrieron de polvo.

En 1997, el mismo año en que fue cerrado definitivamente, el edificio fue declarado monumento histórico nacional por ley del Congreso Nacional, área de protección histórica por el Gobierno porteño y el edificio fue catalogado de alto valor patrimonial. 

De esta manera, se evitó que fuera demolido y ayudó a que se preservara su famosa marquesina de hierros y vitrales. Durante los siguientes 20 años, la Confitería fue sumida en el olvido.