Estados Unidos transita la antesala de lo que podría ser el inicio de días muy complicados para la administración Biden y no por la pandemia sino, en este caso, por una semana en la que la paridad legislativa entre el Partido Demócrata y el Republicano puede tener consecuencias que podrían derivar en el shutdown o cierre del Gobierno.
Una práctica que si bien no está muy arraigada (hasta el año 1986 solo había estado cerrado en 4 oportunidades y por menos de 1 jornada completa) cada vez disponen de una mayor frecuencia: 16 días en el cierre durante el 2° Gobierno de Obama y 35 durante la administración Trump, el más largo de la historia y el segundo durante su mandato.
Esto podría ocurrir porque sobre el comienzo de esta semana los republicanos bloquearon la propuesta de presupuestos de la administración Biden en el Senado.
Lo que estaba en juego era la suspensión del límite de la deuda federal hasta 2022 y la ampliación de fondos para financiar el Gobierno hasta el 3 de enero, así como un paquete de ayuda de emergencia para apoyar a los refugiados afganos y la gestión de situaciones de crisis.
A pesar de que los republicanos votaron a favor de ampliar el límite de la deuda norteamericana cuando Donald Trump era presidente, ahora la postura cambió y esto puede ser complicado de resolver en el corto plazo.
Y el tiempo pareciera ser fundamental en este contexto porque si bien Biden pareció optimista cuando lo consultaron al respecto después de darse la tercera dosis de Pfizer, lo cierto es que el partido demócrata va a tener que intentar que el Senado apruebe su proyecto de ley antes del jueves 30 de septiembre, fecha límite por ser el fin del año fiscal en el país.
¿Qué es un cierre del gobierno? Es lo que pasa cuando el Congreso no aprueba los proyectos de ley de gastos anuales a tiempo y las agencias gubernamentales federales se quedan sin fondos para poder pagarle a sus empleados.
¿Qué pasa cuando hay un cierre? Muchas agencias federales no tienen plata para hacer gran parte de su trabajo habitual y eso se manifiesta de muchas formas como por ejemplo: muchos empleados federales son despedidos; los oficiales de seguridad nacional y el ejército siguen trabajando pero sin cobrar; se paralizan trámites como solicitudes de préstamos para viviendas o pequeñas empresas; tramitar un pasaporte y llevar a cabo procedimientos judiciales de inmigración deja de estar disponible.
Este cierre en particular, en caso de ocurrir, podría ser de gran alcance dado que el Congreso no tiene el visto bueno de ningún proyecto de ley de financiación. Algunas agencias, como la Oficina de Correos, operan independientemente de los fondos del Congreso por lo que este servicio funcionaría, algo para nada menor en tiempos de pandemia y los cambios en los hábitos de consumo.
Pero decididamente sería un golpe, quizás el más fuerte en términos políticos, para la administración de Biden, que ha hecho dela gestión de la pandemia una de sus banderas.
Así lo marcó Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del país, quien planteó que “en medio de una pandemia en la que tenemos 140.000 personas infectadas al día y mueren 2000 personas cada 24 horas “ese es el momento en el que quieres que el gobierno trabaje a todo trapo para abordar esto”.