Durante varios allanamientos ordenados por el juez Mariano Iturralde y realizados la semana pasada por detectives de la División Homicidios de la Policía Federal, los investigadores del doble crimen del diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón hallaron siluetas de figuras humanas dibujadas con impactos de proyectiles en uno de los domicilios del presunto tirador, Juan José Navarro Cádiz.
En la casa de Navarro Cádiz (25), apodado Cebolla, en Montevideo 76 de la Capital Federal, fue hallada la pistola Bersa Thunder 40 que las pericias corroboraron fue el arma homicida. Pero luego, en la casa donde vive su padre, Miguel Navarro Fernández (50) -también imputado- en Virrey Ceballos 215, la Policía encontró estas siluetas con impactos en una pared.
"Son figuras humanas dibujadas con crayón o marcador sobre una pared y que en su interior tienen impactos redondeados, como si hubieran estado practicando tiro al blanco", reveló una fuente citada por la agencia Télam.
Detallaron que no tienen el aspecto de ser de un proyectil de arma de fuego, sino de algún tipo de balín o aire comprimido, pero de todas formas se ordenaron pericias para definir con qué dispararon contra esa pared.
Durante la madrugada, al dar sus datos personales en la indagatoria en la que se negó a declarar, Navarro Cádiz dijo que había vivido toda su vida en esa casa de Virrey Cevallos.
Del allanamiento en su otro domicilio de la calle Montevideo, donde viven su esposa e hijos y hallaron el arma, las fuentes también comentaron que "la puerta estaba derribada a patadas", porque al parecer luego del ataque, Navarro Cádiz perdió el juego de llaves de su casa y tuvo ingresar por la fuerza a ese domicilio.