La Cámara de Diputado aprobó en una sesión especial a pedido del Partido Justicialista el "más enérgico repudio al golpe de Estado de Bolivia", tras la renuncia de Evo Morales a la jefatura del estado boliviano y su exilio en México.

El pedido llevaba las firmas del titular del bloque de diputados nacionales del FPV-PJ, Agustín Rossi; de Red por Argentina, Felipé Solá, y del PRO, Daniel Lipovetzky, el único referente del oficialismo en firmar el planteo.

Se aprobó en una votación a mano alzada y alcanzó con los votos del peronismo en todas sus vertientes para salir.

Sin embargo, el interbloque Cambiemos presentó un texto de consenso donde rechaza "cualquier golpe contra la democracia y todo tipo de violencia, apoyando las autoridades constitucionales y la alternancia democrática" en Bolivia, y aboga por el "reestablecimiento pleno del Estado de Derecho" en ese país.

Ese texto no fue votado en el recinto debido a que el peronismo se negó a hacerlo después de haber aprobado el suyo, lo que generó el enojo de Mario Negri, que avisó que su bloque se abstendría.

La presentación oficial también apuntaba contra Evo Morales por haber incumplido "los límites que la Constitución impone a los mandatos presidenciales" y le carga "haber desconocido la voluntad popular" al no acatar el referéndum de 2016. 

"Bolivia necesita una transición lo más rápido posible, condenamos la intervención de la Policía y los militares pero también a quienes no respetan la voluntad popular", dijo la diputada del PRO, Cornelia Schmidt Liermann, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.

De parte del radicalismo, que se separó del oficialismo en la interpretación sobre lo sucedido en Bolivia, Facundo Suárez Lastra hizo mención a un "golpe de Estado" pero también de "fraude", lo que le valio fuertes críticas del peronismo.

El bloque de Evolución, conducido por Martín Lousteau, presentó un proyecto propio donde se refiere a lo acontecido en Bolivia como "golpe de Estado", diferenciándose así del bloque Cambiemos. 

La diputada del espacio, Carla Carrizo, aseguró que "no hay que tener temor de nombrar lo que se nombra: no es un quiebre institucional, un golpe a la democracia, esto es un golpe de Estado".

"Considera un viejo tipo de intervención militar, lo conocemos y en el 83' dijimos que lo íbamos a rechazar. Nos interpela porque la región tiene tensiones", agregó Carrizo.

Daniel Lipovetzky, el único diputado del PRO que acompañó el proyecto opositor, aseguró que "tenemos que ser muy claros al defender la democracia en la región y repudiar el golpe de Estado en Bolivia".

El legislador recordó los golpes de Estado en Argentina y pidió recordar el rol de los medios allí y su desgaste a los gobiernos derrocados:

"Tenemos que repudiarlo con mucha claridad y no buscar eufemismos", indicó Lipovetzky al respecto de la situación boliviana.

"Estamos hablando de la defensa de las instituciones democráticas. La democracia tiene una serie de componentes, y defenderla significa defender cada uno de esos atributos", dijo por su parte la diputada radical Brenda Austin, una de las díscolas que no quiere abstenerse cuando se vote el proyecto opositor.

"Tenemos que evitar los criterios selectivos, algunos se rasgan las vestiduras condenando un golpe de Estado, a veces se olvidan de hacerlo y a veces lo aplauden", aseguró Brenda Austin

"Estar en el siglo XXI repudiando un golpe de Estado debería ser cosa del pasado, vivimos en Bolivia un golpe a la democracia, a las instituciones y a la Constitución", dijo la diputada radical Karina Banfi a su turno.

Banfi, con una opinión diferente a la de la Casa Rosada, apuntó contra Morales por no haber realizado elecciones limpias pero eligió condenar fuertemente la "recomendación" de las Fuerzas Armadas al presidente de renunciar.

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