La senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner denunció que un grupo de personas, que dijeron ser enviadas por una empresa contratada por el ministerio de Seguridad porteño, quiso instalar tres cámaras y un domo en su cuadra.
Ante la consulta de la custodia de la ex presidenta, estas personas se identificaron como empleados de la empresa Donaide S.A y trabajaban por disposición del ministerio de Seguridad porteño que conduce Martín Ocampo.
El primer googleo de la empresa Donaide S.A. indica que su actividad es "matanza de ganado bovino".
No obstante, CFK aclaró a través de su Twitter que esas personas "no contaban con ninguna documentación que acreditara tales circunstancias".
"Luego de identificarse recibieron un llamado, se subieron a su camioneta (sin inscripción alguna de la empresa a la que decían pertenecer) y se fueron. Raro, no?", agregó la líder de Unidad Ciudadana.
Lo que llamó la atención de Fernández de Kirchner fue que al realizar la denuncia ante el Centro de Recepción de Denuncias de la Policía Federal, estos se contactaron con el juzgado. Este era nada más ni nada menos que Claudio Bonadio, quien solicitó su desafuero en la causa por encubrimiento al atentado a la AMIA y lleva adelante la causa de los cuadernos.
En su Twitter, la senadora se quejó de que Bonadio no tomó cartas en el asunto: "La Secretaria del juzgado, Carolina Lores Arnaiz, ordenó desestimar la denuncia y no iniciar ningún tipo de investigación por estos hechos".
Por último realizó un pedido al poder Ejecutivo: "El gobierno es responsable y tiene que terminar con el espionaje, la persecución y el hostigamiento a los opositores".