Sin embargo, esa estrategia parece haber llegado a su fin.
Al igual del resto de Europa, que enfrenta la segunda ola de la enfermedad, Suecia ingresa en un invierno con restricciones, que abarcan desde la prohibición de reuniones numerosas hasta límites a la venta de alcohol y cierre de las escuelas secundarias, con el objetivo de evitar un colapso en el sistema sanitario.
Stefan Löfven, primer ministro sueco.
En ese marco, el jefe del servicio de Salud de Estocolmo pidió ayuda al Gobierno: alertó que las unidades de cuidados intensivos de la región estaban casi llenas de pacientes con Covid-19 y pidió que enviaran enfermeras y personal hospitalario adicionales para hacer frente a la situación.
"Necesitamos ayuda", expresó, en conferencia de prensa, y señaló que 83 pacientes estaban en camas de cuidados intensivos: "Eso corresponde más o menos a todas las camas de cuidados intensivos que tenemos normalmente".
Suecia, que actualiza su balance de coronavirus únicamente dos veces a la semana, elevó el martes a 297.732 el dato de casos de coronavirus hasta la fecha, 18.820 más que el viernes.