Para la religión católica el 19 de marzo es el día de San José en memoria de José, el padre de Jesús. Como José era carpintero, la tradición ligó este día a su figura de artesano y la fecha se extendió por el mundo entero.
Roxana Amarilla encabeza el Mercado Nacional de Artesanías Tradicionales de la Argentina (MATRA), y explica: "En Argentina tenemos diversidad de artesanías, objetos de arte indígena, objetos del mundo mestizo, artesanías del contexto urbano. Nuestro país tiene muchos artesanos/as que no han sido educados en comunidades de artesanos pero que han buscado el oficio y se han dedicado a la fabricación de objetos funcionales y que son innovadores, que trabajan con nuevos materiales, con nuevas morfologías, con nuevos sentidos de los objetos y de eso hay muchísimos y muy buenos".
Al mismo tiempo, sugiere tener en cuenta tanto a la "artesanía tradicional como a la artesanía de innovación". Para Amarilla, "las artesanías nunca son igual que las que se hacían hace 100 años, salvo en algunos casos donde hay alguna razón que hace que eso siga siendo actual. Por ejemplo, las matras (pieza textil Mapuche) se siguen haciendo porque tienen mucha vigencia. En las comunidades Wichi se siguen haciendo las bolsas porque la comunidad las sigue usando, o en el caso de algunos ponchos en telar, que se hacen con las técnicas de siempre pero lo que cambia son los usos y los escenarios donde se los viste".
En tanto que para la investigadora Maria Alba Bovisio, la artesanía opera como un soporte material de la memoria, como un medio a través del cual se manifiestan valores culturales concretados en objetos donde se relaciona lo simbólico, la tradición y lo utilitario.
"Así como las leyendas y los cuentos en la transmisión oral, dan a conocer a las nuevas generaciones las formas de convivencia y expresión de la cultura de nuestros antepasados, de nuestros pueblos y de nuestras comunidades indígenas, en los objetos estéticos construidos recogemos parte de nuestra historia", relata Bovisio.
El modo de la producción artesanal, esa producción cultural de objetos, tiene tres características fundamentales, y Amarilla las describe así:
Es trabajo genuino. El artesano genera su propio espacio de trabajo, hace su producción y genera riqueza;
Vínculo directo con la materia prima. Es una relación virtuosa con el ambiente y eso se pone cada vez más en valor debido a las necesidades de sustentabilidad que tenemos en la actualidad;
Tiene futuro. El mundo está transitando la era de lo antropoceno, de la huella humana indeleble, y en ese marco, el modo de producción de baja escala de los artesanos es viable, es posible tener un futuro con ese modo de producción artesanal.
Amarilla explica que el modo de producción artesanal no es una producción que aliente el consumo masivo como lo es la producción imparable de objetos de las industrias capitalistas. No hay superproducción y los objetos se consumen cuando son necesarios.