Es el eje principal de la estancia y el que marca el resto de la decoración. Lo primero en lo que debemos reparar es en la orientación.

Si la disposición es hacia el norte aumentaremos la energía vital, el sur será para incentivar los sueños, el oeste nuestro gran aliado contra el estrés y el este nos ayudará a incentivar el dinamismo.

Cuando estemos dentro de la cama, lo ideal es que ni pies ni cabeza se encuentren en dirección a la puerta. Tampoco es aconsejable colgar cosas sobre ésta, tales como ventiladores o adornos, y siempre es preferible evitar colocarla bajo una ventana. 

Esto sucede ya que puertas y otros elementos dan sensación de inseguridad, mientras que las paredes lisas dan sensación de calma que debemos potenciar. 

Deben seguir la misma línea visual que el resto de la decoración, sin la necesidad de ser iguales.

La simetría de los objetos dispuestos en la habitación es importante, da una sensación de equilibrio y balance.

Los tonos claros, como la gama de los pastel, son los que nos dan una sensación de paz, por lo que es primordial evitar los oscuros.

Lo mismo ocurre con las sábanas y almohadones, donde siempre se debe apostar por texturas naturales y un colorido suave.

Es importante no poner un espejo frente a tu cama dado que según el Feng Shui, quita energía.