Tal vez te preguntes como el oído puede estar asociado al mundo del vino, mas allá de la grata charla que te pueda dar quien o quienes compartan una copa con vos, la respuesta es más sencilla de lo que pensás. De la misma manera que el perro de Pávlov llenaba su hocico de baba al escuchar la llamada para comer, pasa lo mismo cuando escuchamos la música del descorche o la sinfonía del vino cayendo dentro de la copa, nos prepara para el momento del placer.

Este sentido no solo es vital a la hora de apreciar con quien estas compartiendo un romántico momento, también te deja disfrutar de las piernas o lagrimas que dibuja el vino en las paredes de la copa. Pero lo más importante, además de ver los colores que muestra el vino, la vista es fundamental al momento de determinar su intensidad, su acidez según su brillo o la evolución dependiendo el color del vino.

El olfato es uno de los sentidos más importantes a la hora de la cata, en primer lugar, nos ayuda a detectar el mal estado del vino, si tiene olor desagradable avinagrado o tiene TCA (tricloroanisole), que no es otra cosa que un hongo en el corcho que le da un olor a trapo húmedo desagradable. Pero también es el que nos permite jugar a buscar los aromas que nos encontramos flotando en la copa al sumergir nuestra nariz en la cámara de aromas para disfrutar de: flores, frutas y tostados entre algunos más.

Yendo por lo más sencillo, al llevarnos cualquier alimento a la boca inmediatamente podemos detectar si es dulce, acido, salado o amargo, y podríamos sumar al quinto gusto llamado Umami (sabroso en japonés). Pero los gustos se disfrutan mucho más cuando se combinan con los aromas y las texturas, así nacen los sabores, es por esto que cuando estas totalmente resfriado con la nariz tapada al probar una cucharada de dulce de leche notaras su gusto dulce, pero no encontraras el sabor al dulce de leche.

Podríamos decir que el tacto interviene en los podios de las carreras de autos cuando los ganadores les tiran champagne a sus colegas, cuando en una fiesta algún amigo picado imita esa situación o dándose un baño de inmersión con vino, pero no. El tacto lo usamos en nuestra boca una vez que tomamos el vino, ¿Cuántas veces escucharon la expresión “aterciopelado o sedoso” ?, con el tacto en nuestra boca es la manera de detectar y disfrutar la textura del vino.