La cultura se mueve y los vínculos, arrastrados por ella o empujándola, cambian y se metamorfosean rapidísimo. Después de que Florencia Peña instalara en los medios el concepto relación abierta y la palabra poliamor, llega esta nota que busca ser un bálsamo para quienes no entienden nada de todo esto.
Primero y principal hay que separar las ideas porque, ¡sorpresa! no son la misma cosa. El amor libre, movimiento que nace en los círculos anarquistas y feministas del siglo XVIII, propone vínculos sin exigencia alguna de exclusivdad, pero es distinto al poliamor y también distinto a una relación abierta.
Así como cambia el mundo, los términos se acomodan y hoy (distinto a su comienzo en el que el movimiento de amor libre era totalmente político y buscaba derrocar, entre otras cosas, al matrimonio) estos conceptos son una alternativa más superficial pero a la vez más popular para vincularse amorosamente o sexualmente con el resto.
Amor libre, parejas abiertas, poliamor, poligamia, triejas, swingers, todas estas formas de llevar adelante una pareja o de mantener relaciones sexuales tienen sus particularidades y diferencias y generan muchas confusiones.