Arsenal empezó mejor el partido. Tuvo un par de situaciones claras, hasta que abrió el marcador sobre los 20 minutos del primer tiempo.

Desde un lateral, Walcott aprovechó los desconciertos de la defensa del Bayern. Se metió al área y sacó un remate imposible para Neuer. Era el 1 a 0 y los hinchas empezaban a ilusionarse.

Ya para el segundo tiempo, Arsenal tenía todos sus hombres en ataque buscando la remontada. Tuvo una chance de gol en la cabeza de Giroud. El cabezazo del francés se fue arriba del travesaño.  

A los ocho minutos de la segunda parte, la jugada que cambió el curso del partido. Penal para Bayern Munich y expulsión para Koscielny, defensor del Arsenal.

Tras una jugada colectiva, Lewandowski se encaminaba al arco de Ospina. Llegó Koscielny y le cometió penal. El defensor recibió la segunda tarjeta amarilla y se fue expulsado.

El propio Lewandowski convirtió de penal para la igualdad del partido. Con este gol, Arsenal debía meter otros cuatro goles para llevar el partido al tiempo extra. 

Minuto 23 del segundo tiempo y otro gol del Bayern Munich. Esta vez fue obra de Robben. Tras una serie de imprecisiones, el holandés se la llevó y definió mano a mano ante Ospina. Era el 2 a 1 y esto, prácticamente, sentenciaba la serie. 

Con Arsenal entregado, Bayern Munich aprovechó el contraataque para meter más goles. Llegó el tercero gracias a buena jugada personal de Douglas Costa. 

Llegó el cuarto gol. Una mala salida desde el fondo le permitió a Arturo Vidal quedar mano a mano ante Ospina. El chileno se la picó al arquero del conjunto inglés para aumentar la ventaja. Golazo. 

Nuevamente Arturo Vidal aprovechó la mala defensa del Arsenal para poner el quinto gol del Bayern Munich. Con este gol, se repetía el resultado del partido de ida en Alemania: 5-1. 

El chileno Alexis Sánchez fue reemplazado en el segundo tiempo. Una vez en el banco de suplentes se puso a hablar con Petr Cech. Sin embargo, la gran pregunta es: ¿se estaba burlando de su propio equipo o estaba "indignado" por la goleada? 

Como no podía ser de otra manera, la goleada del Bayern Munich fue la excusa perfecta para seguir "matando" al equipo de Arsene Wenger.