Por temor o ilusión, la expectativa sobre su ascenso fue plena. Tomando como medida las inéditas disposiciones de seguridad para la asunción de Jair Bolsonaro, la única certeza posible que imprime su arribo al Palacio del Planalto es la incertidumbre.
El triunfo de Messias se presentó como la cima en una pirámide corrosiva que tuvo de base el golpe maquillado de legalidad a través del impeachment a Dilma Rousseff en abril de 2016.
En la escala media se encontró la Justicia, protagonista de un proceso electoral que impidió la participación del candidato con mayor poder de convocatoria y que confirmó a las malas que los votos no son del PT, son de Lula.
La gestión del ex candidato ultrareaccionario tuvo en su primer mes de gestión una gran cantidad de contrapuntos que marcaron una agenda acorde al diseño de su agenda electoral.
Conocé los principales puntos en esta nota.