Ubicada en el caribe, esta playa es muy popular para los fotógrafos y aficionados al peligro, ya que el aeropuerto se ubica literalmente a unos metros de la playa, separado por una carretera angosta y una valla.

Más allá de las señales de aviso que prohíben acercarse a la pista de aterrizaje, el riesgo de la caída de los aviones y la incomodidad durante su despegue y aterrizaje existen. Esto no quita que la gente visite la playa.

Además de ser el hogar de una de las playas más hermosas del mundo (Cancún), México es dueño de esta "playa de los muertos", que tiene una gran cantidad de turistas que la visitan cada año.

Playa Zipolite parece un paraíso y puede crear una falsa sensación de seguridad, ya que meterse en su mar azul podría ser lo último que hagas. Sus enormes olas dan lugar a peligrosas corrientes submarinas, y muchas personas han muerto en este lugar.

El acceso a esta isla está prohibido para todo el mundo debido a las diversas especies de medusas peligrosas y tiburones que habitan en sus mares.

Además, algo que la hace todavía más peligrosa es que la isla es el hogar de algunas de las arañas más mortales del mundo y cocodrilos.

A pesar de que esta isla también le pertenece a Australia, se ubica en una parte bastante fría del Océano Índico y bañarse en agua tan fresca solo es apto para los pingüinos.

De todas maneras, nunca faltan los amantes del surf extremo que no temen sufrir de hipotermia al practicar en esta zona.

Esta es una de las playas con olas más temidas y violentas del mundo. Rompen sobre un arrecife de coral y su altura puede superar los ¡25 metros!. Desde que se descubrió, en 1997, se registraron cinco muertes. 

El peligro de una playa está relacionado con la contaminación, ya que a la playa de Chowpatty llegan toda clase de desperdicios y contaminación procedentes de Mumbai, la gran ciudad vecina.

La gente suele bañarse en estas aguas de todas maneras, aunque es muy posible agarrarse una infección, ya que multiplica por cuatro el límite aceptable de bacterias fecales en el agua.

Esta zona, también conocida como el “Punto del Diablo”, posee olas que no superan los diez metros de altura pero, al romper cerca de una formación de rocas, convierten a la isla en una de las más peligrosas del mundo.

Solo los surfistas más dementes se animan a montar estas olas. 

Este pequeño conjunto de playas de tan solo 6 km2. está deshabitado y se encuentra en las islas Marshall, en medio del océano Pacífico.

Peligroso por varias razones, la más importante es la de la posibilidad de que aún exista radioactividad en la zona, ya que este pequeño lugar alejado de todo fue el espacio elegido por Estados Unidos para realizar pruebas con bombas nucleares.