¿Quién nos enseña a tener sexo? ¿qué se supone que es correcto y qué no? ¿quiénes son los protagonistas del deseo? Esas preguntas se vuelven ejes de debate en tiempos modernos, que permiten repensar la verdadera exploración del deseo.
Al momento de tener relaciones sexuales, existe una construcción cultural basada en la naturalización de ciertos códigos y una representación que poco tiene que ver con la realidad. Este mecanismo está impulsado en parte por la industria pornográfica, la cual presenta una mirada dirigida al público masculino y por otro lado por los consumos culturales mainstream.
Esto se puede ver al ingresar a cualquiera de los sitios de internet, con videos protagonizados por mujeres con cuerpos esbeltos, donde se priorizan las fantasías de los hombres y no se tiene en cuenta, por ejemplo, el orgasmo femenino o cómo se vive realmente la masturbación.
Gracias a la incansable lucha del movimiento feminista, esta situación poco a poco está cambiando. Por esa razón, en esta nota te contamos cinco claves para entender por qué es necesario pensar la pornografía con perspectiva de género y te presentamos a Lova, una nueva app que busca revolucionar la manera en la que consumimos porno.