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28 de Junio de 2017
¿Media naranja? ¿En serio? ¡Completo error! Todos estamos completísimos, no nos falta nada. En ningún momento fuimos cortados a la mitad como para ir por la vida buscando la otra parte.
Si buscamos a alguien porque se supone que algo nos falta por lo tanto lo hacemos por una necesidad y no debería basarse en eso la elección de nuestro amor.
Una vez que nos reconocemos como seres completos desde ahí podemos decidir conocer a otra persona, que también se sienta completa, y empezar a vivir serenamente.
No es muy fácil saber convivir con uno mismo y sentir la falta de afecto de una pareja. Muchas veces, ante el miedo a enfrentar eso nos obligamos a involucrarnos con alguien pero no suele ser lo más sano. Si bien está buenísimo poder entregarle al otro todo lo bueno que poseemos, también es genial saber aprovecharlo para nosotros mismos y respetar los tiempos de la vida. No te apures solo por tener miedo, todo llega.
Cuesta entender que para el amor no hay edad ni tiempo, pero la sociedad te hace creer que todo tiene límites y que las metas son necesarias: recibirme a los 24, casarme a los 26, tener hijos antes de los 30, conseguir el mejor empleo antes de los 32, y así. ¡Pero no! No existe un tiempo exacto, la vida no es igual para todos, cada uno debe vivir la suya y a su ritmo.
Nunca debes creerte o pensarte como menos que alguien, vos podés todo, podés lo mismo que tu amiga, que tu compañera de trabajo, que tu superiores incluso. Podés más o igual que tu pareja, eso tenelo siempre presente. Nunca dejes que te haga sentir inferior, ni nunca veas que alguien (o algo) es inalcanzable. Derrotas al miles, pero si no intentas nunca vas a caer y qué sentido tiene vivir en una línea completamente recta.
Tampoco nunca te auto convenzas con típicas frases como "él(o ella) es así", "no le sale otra cosa", "no puede demostrarlo", porque cada uno acepta el amor que cree merecer, por ende después de nada sirve quejarnos.