Muchas veces soñamos con que nuestra pareja cambie, pero si algo es cierto es que eso no sucede de la noche a la mañana, porque una vez que uno encuentra el confort es muy difícil salir de ahí. Lo importante es que se tengan las cosas claras para poder ser más realista y tomar buenas decisiones a tiempo.

Tenés que saber que va a llegar un punto en que tenés que clavar bandera blanca y emprender la retirada. Si sos frágil y no podés tomar la decisión de una vez y para siempre, trata de apoyarte en quienes más te quieren para poder lograrlo y tener un buen sostén.

Las discusiones hay que dejarlas de lado. Si no estás conforme con la relación es cuestión de poner las cartas sobre la mesa, decirlo y alejarte lo antes posible para que no concluya en una catástrofe.

Un gran error es hablar sobre la ruptura en una casa. Lo mejor es hacerlo en un café o algún lugar que sea neutral para ambos, así los dos podrán sentirse menos incómodos a la hora de darle la espalda a la relación.

Está totalmente prohibido seguir manteniendo contacto en las redes sociales. No importa que no se hablen, el punto es que no vean lo que hace o deja de hacer el otro, porque eso, siempre, tarde o temprano, genera nuevas discusiones o planteos sin lograr el total despegue de la relación.

Si no tenés las cosas claras una técnica muy eficaz es agarrar papel y lápiz y empezás a trazar en líneas todo lo que a uno le molesta del otro, o simplemente lo que siente. Eso hará que en la mente todo se esclarezca y se puedan afrontar las cosas de una manera más adulta y parcial.