Debes calentar agua en un olla o jarro y justo antes de que hierva, retirarlo del fuego. Luego meté el frasquito de esmalte bien cerrado sumergiendolo en el agua. Espera un par de minutos y ¡charán! Eso sí, tendrás que repetir la misma acción cada vez que quieras usarlo porque cuando vuelve a temperatura ambiente recupera de nuevo el espesor.

Si bien el ideal es el de quemar es sabido que daña la piel y puede llegar a secar las uñas, así que es recomendable utilizar alcoholes como el cetílico y el estearílico.

Las corrientes de aires son un enemigo en potencia, porque lógicamente los solidifican. No vas a revivirlos con este truco, pero sí a conservarlos. 

¡Ojo! no es lo mismo que acetona o quitaesmalte, ya que estos productos no forman parte de la composición de los esmaltes así que disuelven sus partículas. Existen productos específicos que se llaman diluyentes o recuperadores de esmaltes.

Éste también es un método de prevención para conservar los esmaltes en buen estado y alargarles la vida. A penas lo compres metelos en la heladera.