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9 de Julio de 2017
Cuando una persona deja de formar parte de tu vida, es inevitable transitar un proceso de duelo. Esto es un punto a tener en cuenta, ya que muchas personas reaccionan impulsivamente de manera negativa ante una discusión que tal vez no es determinante, y toman una decisión definitiva a las apuradas que puede lastimar a la otra persona y a sí mismo.
También hay que considerar que si viven juntos o tienen hijos en común, además de transitar el lapso de desapego esta etapa vendrá acompañada de otros factores importantes que cambian la vida por completo.
Pensá: la persona que tenés a tu lado, ¿es realmente lo que querés para tu vida? ¿Coinciden en los planes a futuro? ¿Te gusta y atrae tu personalidad? ¿Qué cosas buenas destacás del otro? ¿Qué es lo que te hizo enamorarte de esa persona?
Si su esencia es intocable y vos la valorás y, además tienen objetivos de vida compatibles, entonces seguramente podrán resolver otros problemas no tan de raíz.
Lo mejor es empezar por enumerar la serie de motivos (si es que hay más de uno? por los que estás considerando separarte. Celos, falta de confianza, monotonía, muchas peleas o intereses distintos, lo ideal es conocer bien por qué, para vos, esta relación no debería seguir.
¿Cuál es el costo/beneficio de esta relación? Si la cantidad de momentos malos o poco disfrutables es consideradamente mayor que los buenos o los que valen la pena vivir, es posible que estés tomando la decisión correcta.
La realidad es que nadie está en pareja para pasarla mal, la relación debe ser un espacio de refugio y contención y no de conflicto o de sufrimiento.
Que “todo tiene solución menos la muerte”, es algo cierto, aunque a medias. Si bien muchos conflictos se pueden resolver, otros son bastante difíciles de sobrellevar y superar en una relación de pareja.
Algunos ejemplos de esto son: una separación previa que nunca sanó, un rencor de alguno de los dos por algún error del otro, o bien una infidelidad. Y por supuesto, la falta de amor o el desenamoramiento.
De cualquier manera, deberían hablar y llegar a un acuerdo. Si ambos coinciden en que los problemas que tienen van a seguir estando y son de mucha relevancia, habría que rever la continuación de un vínculo que aparentemente siempre será tóxico y poco beneficioso.