Al contraer matrimonio en 1981, Diana debió someterse a un estudio realizado por los ginecólogos de Isabel II para que pudieran confirmar que era virgen, el 29 de julio.

La maquilladora personal de la princesa, Mary Greenwell, que trabajó con ella durante los últimos años de su vida, reveló en el canal de YouTube de Lisa Eldridge (directora creativa de Lancome), que solía cepillar las cejas de Diana para mantenerlas siempre acomodadas.

Además, añadió que es mejor aplicar bálsamo labial antes de incluir maquillaje sobre la boca. "La princesa también tenía unas pestañas increíbles, nunca usé una falsa con ella".

Los alumnos del Centro de Grafología Sandra Cerro estudiaron los detalles de la firma de la princesa Diana para poder obtener indicios de su personalidad.

Según el examen, la firma de la princesa, "su yo íntimo", revela prudencia y madurez, así como transparencia, autenticidad y sencillez. Además, el hecho de que la firma de la princesa se cierre con un punto final denota cierta desconfianza. 

Se pudo observar también un leve anclaje en la rutina y un miedo de avanzar hacia el futuro, lo que podría dar forma a la inseguridad en la acción de sus ideas.

Diana redactó una carta a escondidas, dirigida a su amigo Dudley Poclak, en la que se reflejaba la ansiedad de la princesa de Gales. En el documento, Diana expresaba que se sentía extremadamente aislada y “continuamente ofendida” por los miembros de la realeza.

"Me siento extremadamente sola, ahora más que nunca, veo lo que está por venirle a este país y a esta familia (…) Siento que crees en mí, Dudley, y no tienes ni idea de lo que esto significa para mí, ya que soy constantemente ofendida por los que me rodean”.

A pesar de haberlo ocultado durante mucho tiempo, en 1995 Lady Di confesó en una polémica entrevista en BBC que era bulímica y tenía desórdenes alimenticios.