Sin lugar a dudas, el encuentro que definió el pase a la semifinal tuvo todos los condimentos para que se convierta en inolvidable para los hinchas de Boca. Dar vuelta la serie, dejar afuera a River, y encima, levantar la Copa algunas semanas más tarde. Sin embargo, los flashes de aquella noche se fueron con Martín Palermo, que volvía de una rotura de ligamentos y cerró la clasificación estampando la pelota en la red para siempre.

Si bien el resultado no es digno de una histórico triunfo, sí lo es el contexto. Boca puede jactarse de ser el único en ganar una final superclásica, que tuvo lugar en la cancha de Racing. A pesar de que se registran algunos recuerdos filmados de esa victoria, muchos consideran al gol de Rubén "Chapa" Suñé como el "gol fantasma", ya que de esa precisa jugada solamente quedan algunas imágenes.

Debe ser la única derrota que todos los hinchas xeneizes recordarán para siempre. Tras el escandaloso partido de ida en la Bombonera, con el arañazo de Marcelo Gallardo a Roberto Abbondanzieri, Boca se jugaba la clasificación a la final en un Monumental repleto de hinchas millonarios (no era habitual que solo haya parcialidad de un equipo). El partido terminó 2 a 1 a favor de River. Pero el festejo de la "gallinita" de Tévez y la histórica definición por penales con los pibes (4-2), se convirtió en todo un hito.

Muchos de los grandes jugadores que pasaron por uno de los mejores clásicos del mundo se llevaron -por alguna que otra razón- todas las miradas. Pero nadie hasta ahora logró lo que hizo Carlos María García Cambón. En su debut oficial con la camiseta de Boca, le anotó 4 goles a River. Sí, 4. Y claro, dejó ese triunfo xeneize grabado para siempre en la historia.

La historia de este partido se escribió sola. Tras su regreso al país, Diego Maradona le dijo adiós al fútbol como jugador y fue reemplazado nada más y nada menos que por Juan Román Riquelme. Con un segundo tiempo para el recuerdo, Boca logró dar vuelta el encuentro con un gol de Julio César "Huevo" Toresani y un cabezazo -uno de los muchos que vendrían- de Martín Palermo (el primero en Superclásico). Recordá los mejores momentos de un encuentro de leyendas.

River llegaba puntero, pero así y todo, Boca se presentó como un duro rival. Más allá del juego, el mundo xeneize estaba pendiente de la polémica relación entre Mauricio Macri, por entonces presidente de la institución, y Juan Román Riquelme, a raíz del contrato del futbolista. El Diez tuvo la dicha de anotar un gol y realizó un simbólico festejo que jamás se olvidará: "El Topo Gigio". 

¿Acaso será el mejor gol de los Superclásicos? Eso quedará a criterio de los hinchas de Boca. De todas maneras, su autor hizo que el grito desenfrenado cuando la pelota se durmió en la red tenga motivos de sobra para posicionarse entre los más recordados. Un joven Diego Armando Maradona dejó en el camino a Ubaldo "Pato" Fillol y Daniel Passarella, y selló la conquista superclásica en el único torneo local que, quien llevaría a la gloria a todos los argentinos cinco años más tarde, logró festejar con la camiseta azul y oro.

para cerrar un histórico triunfo que tuvo a un Brindisi excepcional.

Tras lograr victorias ante Racing y San Lorenzo, el conjunto comandado por Carlos Tévez llegaba al Monumental con la aspiración de hacer un partido memorable. Lejos de los clásicos cerrados, este encuentro que tuvo absolutamente de todo será recordado por la notable actuación del "Apache".  

Los abuelos, tíos y padres siempre se encargan de contarle a las generaciones más jóvenes las historias de los grandes clásicos que tuvo a lo largo de los años el fútbol argentino. Y si hay uno con el que -seguramente- no podrán evitar emocionarse al recordarlo, es el triunfo en la Bombonera en el que Antonio Roma le atajó un penal a Delem a pocos minutos del final del partido. Vaya si habrá sido simbólica la atajada, que el gol de Valentim que le dio la victoria al conjunto azul y oro, quedó en segundo plano.

El reencuentro entre Diego Maradona y Claudio Caniggia con la camiseta de Boca llenó de expectativas a los hinchas. En el enfrentamiento contra al eterno rival, que era capitaneado por Enzo Francescoli, el "pajaro" se convirtió en figura y logró un triplete inolvidable. Encima, en la previa del partido, se dio una de las imágenes más recordadas en la historia del Superclásico: el abrazo entre el Diego y Enzo.