Tres generaciones de mujeres, abuela, madre e hija, están acostadas viendo televisión en una tarde de calor ambientada en el Conurbano de los 90. La cámara las recorre de pies a cabeza, hasta que llega a los ojos atentos de Lola, la joven de 16 años que será la protagonista de esta historia.

- ¿Ladislao, estás ahí?
- A tu lado, Camila.

Esa es la primera imagen que vemos de la película. Lola viendo a Camila, una mujer que allá por el siglo XIX se arriesgó por lo que deseaba, que desobedece lo que se suponía que tenía que hacer, y que es castigada y juzgada por eso. Ese personaje construido por María Luisa Bemberg en 1984, que resuena con la historia de muchas otras mujeres encasilladas y silenciadas. Desde ese punto parte la protagonista de esta historia: mientras su mamá y su abuela definen la obra como “bellísima, pero muy triste”, la joven se para y se va, llena de dudas, de miedos, de curiosidades y de preguntas sobre el mundo en el que vive, y el que le espera por delante.

Estamos hablando de “Alemania”, la ópera prima de María Zanetti que ya se estrenó en cines. Está protagonizada por Maite Aguilar, una adolescente que vive junto a su familia de clase media, que va a la secundaria y que debe rendir las materias que tiene pendientes. Pero todo cambia cuando llega la oportunidad de ir a estudiar un semestre a Alemania.

Lola quiere viajar, pero su familia, absorbida por el trastorno bipolar que enfrenta su hermana mayor, Julieta (Miranda de la Serna), no quiere que haga el viaje, no es el momento. La inestabilidad y el desgaste en el vínculo con su familia hacen que Lola persista con su idea y salga a buscar nuevas experiencias que le devuelvan otra mirada sobre sí misma y las circunstancias que la rodean.

El film, que también está protagonizado por María Ucedo, Walter Jakob, Vicky Peña y Andy Pruss, se estrenó en el Festival de San Sebastián y tuvo un importante recorrido en festivales: fue premiado en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en el Festival Iberoamericano de Cinema (Ceará), en la Muestra Competitiva de Largometraje Iberoamericano y tuvo una Mención Especial del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Punta del Este.

Zanetti fue también guionista de esta historia, que está basada en lo que atravesó en la vida real a partir del trastorno bipolar de su hermano: “Nació de la necesidad de reconstruir una parte de mi propia historia, sobre todo de un momento específico de mi adolescencia que resultó ser bisagra en muchos sentidos”, indicó la cineasta a la prensa y siguió: “Intenté reconstruir esos años a través de imágenes y recuerdos que gravitan en mi memoria y que resultaron ser los disparadores principales de esta historia”.

“Más allá de que la película no está centrada en la relación de Lola con su hermana, quizás lo más singular sea contar ese trastorno a través de los ojos de una hermana menor que está intentando descifrar qué le está pasando a su hermana mayor al mismo tiempo que se está descifrando a sí misma. Me parece una mirada que no fue tan contada hasta ahora”, sumó.

En diálogo con Filo News, la directora contó cómo fue llevar esa historia a la pantalla grande, cómo fue la elección del casting y cómo vivió el rodaje. Además, Zanetti reflexionó sobre la importancia de defender el cine argentino frente a la crisis, un escenario crítico frente a una industria paralizada.

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¿Qué nos podés contar sobre vos? ¿cómo llegaste a realizar tu ópera prima? ¿por qué ahora?

Como directora, empecé dirigiendo videoclips y publicidades, siempre con el deseo de algún día hacer mi película. Hace unos años vengo trabajando como autora y guionista y lo disfruto un montón, pero dirigir es lo que más me gusta, me encanta el rodaje. Esta película la escribí en pandemia, cuando tenía una primera versión del guion, hablé con Juan Pablo Miller de Tarea Fina y dos días después me llamó y me dijo que quería producir mi película. Yo me quedé muda al teléfono, era la emoción. Sabía que si Juan Pablo agarraba el proyecto, era muy probable que la película se iba a filmar. Esta historia es una historia que sale de un imaginario muy personal, creo que está en mi cabeza hace mucho y creo que en la pandemia encontré el tiempo y la templanza para sentarme a escribirla.

¿Cómo fue el trabajo detrás de escena? ¿cómo fue el proceso de casting, cómo fue el rodaje?

Fue muy importante estar acompañada por un equipo de personas que realmente se sintieran atravesadas por el guion y creo que eso después se traspasó a la pantalla. Fue un largo trabajo creativo y colaborativo antes y durante el rodaje. Por ejemplo, con Agustin Barrutia, el director de foto, nos juntamos o hablábamos de la película una vez por semana seis meses antes de filmar, al igual que con el AD, Marchelo Pozzo. Con Maite Aguilar, la protagonista,  pasó  lo mismo.  Maite se convirtió en actriz filmando Alemania y para mi es brillante lo que hace, después cuando apareció Miranda de la Serna que hace el personaje de la hermana y con su talento arrasador, se terminó de armar la película en mi cabeza.  Fue un lujo tener a Micaela Saiegh, la directora de Arte, y a Patricia Conta, la vestuarista, hicieron un trabajo alucinante.

La película parte de tus vivencias en la adolescencia. ¿Cómo viviste este proceso, cómo fue para vos construir esta historia a partir de los recuerdos familiares y tan personales? ¿qué representó para vos ver la película terminada?

Cuando encontré los temas que quería explorar y el punto de vista en la historia, la escritura fluyó un montón, el diálogo con los personajes en mi cabeza fue muy natural. Creo que tiene que ver con que intenté ir por lugares atravesados por un nervio emocional. Ver la película terminada fue emocionante, estoy muy contenta con la película que hicimos, es muy difícil hacer una ópera prima, encima de época, toca un tema complejo y escenas en auto que teníamos que filmar en poco tiempo. Cada vez que la veo me pasa algo distinto, pero la amo, amo nuestra película, estoy muy orgullosa y el equipo me expresa la misma sensación, es lindo ese sentimiento compartido, es muy del cine y del amor que genera lo que hacemos.

El film habla sobre salud mental, independencia, crecimiento adolescente, una etapa que en el comunicado de prensa definiste como “un largo duelo”. ¿A qué te referís con eso? ¿qué recordás de ese viaje a Alemania, sentís que cambiaste después de eso?

Siento que es un duelo porque hay algo que muere dentro tuyo cuando empezás a ver el mundo con ojos más adultos. Como cierta capacidad de sorpresa que se pierde y cierta agudeza que aparece en la forma de mirar.

El viaje que hice a los 16 años de intercambio fue muy revelador para mí, fueron seis meses lejos de mi familia, de mis amigos, de moverme en un mundo extraño con un idioma distinto, con otra familia, no sé, tuve suerte. Recuerdo disfrutar mucho de cierta autonomía y de que nadie me conozca, como que me permitía mostrarme de otras maneras, probar otras cosas con menos prejuicios.

Actualmente estamos atravesando un momento difícil en la industria audiovisual. ¿Qué significa para vos el cine argentino y por qué es importante defenderlo? ¿a dónde o a quiénes te gustaría que llegue esta peli?

Esta película fue una coproducción con España, se estrenó en el Festival de San Sebastián, estuvo en el Festival de Mar del Plata y ya pasó por más de 25 festivales y  también se estrenó en España en más de 20 salas. Todo eso pasó gracias al apoyo que tuvimos del INCAA. Tener ese apoyo con una ópera prima es clave, porque es la única manera de que puedas filmar una primera película con un diseño de producción más profesional.  No se están filmando películas en Argentina por fuera de la órbita privada. Lo que estamos pidiendo ahora es que los diputados le exijan explicaciones al ejecutivo de por qué están desguazando y paralizando una industria que funciona bien y que es admirada en el resto del mundo.